Yo no sé si usted, pero yo sí quiero saber con quiénes se estaban metiendo los policías que retuvieron a unos jóvenes que habían disparado con una pistola neumática contra por lo menos dos mujeres, una de ellas negra, y un hombre homosexual.
Yo sí quiero saber quiénes son los jóvenes que le faltaron el respeto a las dos mujeres, al hombre y a la autoridad, a las mujeres y al hombre que sirvieron de blanco para el tiro y a los policías a quienes les gritaron que eran unos sapos, que no sabían con quiénes se estaban metiendo y quién era el papá de uno de ellos.
Yo sí quiero saber quiénes son los papás y las mamás de estos jóvenes que escuchan música a alto volumen en el espacio público y disparan balines, balas de goma o de pintura, expresiones machistas, racistas y homofóbicas contra las mujeres, las mujeres negras y los hombres homosexuales que se cruzan por su camino o bailan su música.
Quiero saber qué han hecho y dicho los padres a sus hijos, si hablaron con ellos, los regañaron, los aconsejaron, les prohibieron salir la noche siguiente, les quitaron las llaves de los carros, no les permitieron entrar a internet o jugar con la consola, no les dieron plata para la merienda o se la redujeron, les congelaron el viaje al exterior en vacaciones, si les advirtieron que este año el niño Dios no les traería esta clase de juguetes que les ha dejado la cara pintada.
Quiero saber por qué todos los padres no han dado la cara, no han puesto el pecho y no han respondido públicamente por los actos reprochables de sus hijos menores de edad. Quiero saber dónde están los padres que no saben dónde están los hijos a altas horas de la noche.
Yo sí quiero saber quiénes son los profesores y las instituciones educativas donde estos jóvenes estudian. Las instituciones educativas y los profesores de la ciudad también debieran saber si en sus salones de clase estudian esta clase de jóvenes para poner los correctivos necesarios, saber qué clase de personas están educando, cuestionarse, revisarse, para castigar a los menores infractores con un castigo ejemplar, por ejemplo, ponerles a que hagan mil líneas con la frase “No debo dispararles balines, balas de pintura o de goma y frases machistas, racistas y homofóbicas a las mujeres, a las mujeres negras y a los homosexuales, debo respetar los derechos humanos de estas personas y de todas las personas”. Llenar todo un cuaderno, nada de escribir en el portátil, este número de líneas u otras líneas como “No debo hacer a los demás lo que no quiero que me hagan a mí”. Ponerles la tarea de disculparse de manera pública ante las víctimas de sus tiros y a todas las mujeres, las personas afrocartageneras y a la comunidad LGBTI (Lesbiana, Gay, Bisexual, Transgénero, Intersexo).
Yo no sé si usted, pero yo sí quiero saber qué ha pasado con la denuncia interpuesta ante las autoridades competentes por parte de una de las mujeres víctimas de este atropello. Quiero saber si se ha iniciado a alguna investigación exhaustiva o si por el contrario el asunto quedó en una mera denuncia. Quiero saber, porque tengo derecho a saberlo, ¿quiénes se están metiendo en la ciudad contra las mujeres negras y los homosexuales?
Usted también tiene derecho a saberlo por este medio.
*Lingüista, Literato y Comunicador para el Desarrollo
puntos_de_encuentro@hotmail.com
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