Columna


No temas, solamente cree

ADOLFO GÓMEZ AGÁMEZ

23 de junio de 2011 12:00 AM

ADOLFO GÓMEZ AGÁMEZ

23 de junio de 2011 12:00 AM

He sufrido tanto con la situación de una amiga, a quien quiero mucho, que me he atrevido escribir esta columna, pensando en Ella, pidiéndole a Dios, que la bendiga para que le dé, no solamente humildad, sino, la berraquera para no arrugarse ante las dificultades que le presenta su nueva vida, debido a una enfermedad maligna que la tiene bajo tratamiento con quimioterapia  y para que no se llene de temores porque se los está transmitiendo indirectamente a quienes están junto a ella.
Patty Hansen una vez escribió un relato que en su momento no sólo me conmovió el corazón sino que también puso el fuego en mi espíritu y me sacó adelante ante la depresión que me abrazaba y ante el miedo que me produjo la muerte de mi padre, que no sólo era mi protector sino también mi cómplice en todo lo que me proponía. Ojalá este mismo efecto se produzca en mi amiga y en cualquier lector que este viviendo momentos de angustia.
El relato de Patty reza:
Había dos semillas juntas en la fértil tierra primaveral.
La primera dijo: <<¡Quiero crecer!,  Quiero que mis raíces penetren profundamente en la tierra debajo de mi, y empujen mis brotes a través de la corteza que está sobre mí, quiero extender mis tiernos cogollos como banderas, para anunciar la llegada de la primavera, quiero sentir el calor del sol sobre mi cara y la bendición del rocío de la mañana sobre los pétalos!>>.
Y sabe Ud.  ¿qué sucedió? Y creció.
La segunda semilla dijo: << Tengo miedo. Si envío mis raíces bajo la tierra, no sé qué encontraré en la oscuridad. Si me abro camino a la fuerza a través del duro suelo que tengo sobre mí, puedo dañar mis delicados brotes. ¿Qué pasaría si dejo mis cogollos abiertos y un caracol pasa y se los trata de comer?. Y si fuera  abrir mis capullos, un niño que pasara cerca de mí podría arrancarlos del suelo. No, es mucho mejor para mí esperar hasta que todo sea seguro.
Y esperó.
Un día cualquiera una gallina escarbaba la tierra en busca de comida y halló la semilla que se encontraba esperando y rápidamente se la comió.
A este historia le podemos encontrar una moraleja y podemos decir que quienes rehusemos a arriesgarnos y a crecer, seremos tragados por la vida. Que no somos Dios para buscar resolver nuestras cosas por nuestras propias fuerzas, que hay que también arriesgarnos y esperar.
Virginia Satir, nos recuerda que nosotros como seres humanos somos un milagro y más aún, somos un milagro “único en su género”, y si no me cree, observe como un ejemplo, que cada huella del ser humano es diferente.
Pensemos que hoy en día hay cuatro billones de personas en el mundo ,mas todos los que vivieron antes y los que vivirán el  futuro y todos tuvieron, tienen y tendrán una huella digital diferente, acaso, eso solamente, ¿no es un milagro?
Lo importante amigo lector y tu querida amiga que me lees es que desde hoy, te inspires en la verdad de Dios, no en tu verdad, para que veas que puedes llegar más lejos de donde estas ahora. ¡Ánimo!. Y No temas, solamente cree.

*Dermatólogo

a_gomezagamez@hotmail.com

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