Columna


¿Otro Bazurto?

AUGUSTO BELTRÁN PAREJA

12 de mayo de 2012 12:00 AM

AUGUSTO BELTRÁN PAREJA

12 de mayo de 2012 12:00 AM

Con su prosa sabrosa y provocadora, Efraín Medina se ha prodigado en llamar a Cartagena ciudad inmóvil. No importa cuánta razón le asista en algunos aspectos, lo hace con inteligencia y gracia. Combate perezas y actitudes vacilantes. Resulta insuperable catalizador para producir energía, agitación y movimiento.
Hoy la movilidad se nos convirtió en una obsesión. Muchas veces sin método y sistema, pero “un grito a tiempo es mejor que cien hombres a caballo”, decían viejos próceres. Tenemos secretarías, entidades y hasta ministerios de movilidad que propugnan estrategias para que todo siga igual. Es necesario superar el quietismo, sin caer en el caos y en los sobresaltos epileptoides de un mapalé.
Dudar, estudiar pros y contras, diseñar alternativas es una obligación. Vacilar es otra cosa, y en el Caribe de esta palabreja nos hemos burlado con aquello del “vacilón”.
Es necesario atinar, pero además hay que hacerlo en forma oportuna. Cuando nos demoramos en encarar problemas, las decisiones nos abruman. Entonces viene un fandango: se reúnen comisiones de alto nivel, recurrimos a consultores, se contratan estudios. Otra alternativa ha sido ir a otra ciudad del planeta a ver qué hicieron, cuándo y cómo resolvieron. Observar las ventajas que trajo la solución, adoptando esa fórmula mágica con entusiasmo, a la torera. 
Esta ha sido conducta proverbial en nuestro país. En alguna ocasión llegamos a copiar a mano alzada la organización de la Junta Monetaria de Indonesia. Después de largos días de postración ante esa estúpida tiranía, se cambió el estatuto que regló asunto tan vital.
En la antigüedad los líderes consultaban oráculos. Las respuestas causaban mayor confusión. Algunas eran desalentadoras: “hagas lo que hagas, todo será peor”. No faltaban gentes sabias recomendando a la historia para apartar los hombres del error, hacia la acción debida. Puesto que si la naturaleza humana no cambia, en una misma situación se actuaría del mismo modo, a menos que se muestre que ese camino, en otros días, terminó en desastre. La historia se repite, por lo tanto se le puede estudiar como advertencia y como guía.
Erradicar Bazurto es imperativo. Llevar el mercado  a otro sitio requiere estudios de localización científica. Hay que pensar en la metrópolis que será la Cartagena del 2050, con sus problemas y necesidades. La opinión quiere saber cómo va ese proceso. Qué se hace, quiénes lo dirigen.
La poca información confunde. Cuán difícil será escoger como sitio la salida a La Cordialidad, la troncal o cualquier sitio, sin que se tapone Cartagena. Otra opción sería una Gran Central de abastos en asocio con municipios cercanos: todas merecen estudio ponderado.
Repetir el modelo Bazurto trasladándolo a la periferia produciría una metástasis diabólica. Debemos actuar sobre conceptos de urbanismo, con los recursos científicos, y económicos disponibles. Recurrir a las universidades en busca de luces es sabio.
Los pueblos pobres no podemos darnos el lujo de equivocarnos, los ricos no suelen hacerlo.
No podemos seguir agobiados por la opresión de un pasado ilustre, ni tiranizados por la esperanza de un futuro glorioso.
Por fortuna hay un alcalde con las mejores intenciones y sin prisas sospechosas.

*Abogado, Ex Gobernador de Bolívar y Ex parlamentario.

augustobeltran@yahoo.com

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