Aparece nuevamente, empezando el 2012, una controversia sobre la seguridad, que en últimas es también sobre la paz y la convivencia nacional. Y hay gran cantidad de interpretaciones y muchas opiniones, algunas más cargadas de intencionalidades políticas que contribuyendo a hacer claridad acerca de dónde estamos y cuáles son las prioridades nacionales. No existe consenso sobre cuál es la amenaza prioritaria, ¿son las FARC o las BACRIM? ¿O son las dos, que crecientemente se articulan?
Se ha debatido acerca del deterioro del orden público y el detonante ha sido los ataques terroristas de las FARC de comienzos de año. Pero ayuda a comprender lo actual si miramos qué sucedió en términos de seguridad en el pasado inmediato y así entender el escenario en que nos movemos en este año.
La información del Ministerio de Defensa a diciembre de 2011 da elementos para esta valoración: El año anterior fueron heridos o muertos 2.571 miembros de la Fuerza Pública; si comparamos esta cifra con las de 2010 en que lo fueron 2.440 y en 2009 en que fueron puestos fuera de combate 2.320 miembros de la Fuerza Pública, lo que tenemos es una tendencia creciente en los últimos años; esto es un síntoma de incremento del conflicto armado.
Los miembros de grupos guerrilleros neutralizados (capturados, muertos y desmovilizados) son por el contrario decrecientes, pasaron de 5.474 en 2009, a 4.673 en el 2010 y a 3.932 en el 2011. Los miembros de las BACRIM neutralizados (capturados y muertos) pasaron de 2.986 en 2009, a 3.489 en 2010 y 3.856 en el 2011, con una tendencia creciente y donde la gran mayoría han sido capturas -refleja los pocos enfrentamientos de estos grupos con la Fuerza Pública-.
Las acciones de los grupos guerrilleros, fueron en 2009 un total de 161, en 2010 llegaron a 128 y 151 en 2011. Siendo el incremento mayor en los ‘hostigamientos’ que pasan de 59 a 75 en los dos últimos años y los ‘ataques a instalaciones’ se desplazaron de 9 en el 2010 a 20 en el 2011. Esto muestra un aumento de las acciones militares de las guerrillas y mayor capacidad de concentrar fuerzas para producir ataques lo cual se evidenció en el ataque al cerro Santa Ana en el Cauca.
Lo anterior da pistas que el conflicto armado viene incrementando su impacto en la seguridad y que las BACRIM cada vez más son una preocupación estratégica, si consideramos su simbiosis con el narcotráfico.
Sobre los delitos de alto impacto, el homicidio sigue la tendencia decreciente, pasa de 15.817 en 2009, a 15.459 en el 2010 y a 14.746 en el 2011; el secuestro viene con una tendencia creciente, pasa de 213 en el 2009, a 282 en el 2010 y a 307 en el 2011, igual tendencia creciente tiene la extorsión.
Hay mejoras en el campo de seguridad ciudadana, pero los indicadores del conflicto armado son preocupantes y deben alertar a los responsables estatales.
*Profesor Universidad Nacional
vargasvelasquezalejo@gmail.com
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