Pelo rucho es una de las tantas expresiones que se utilizan para nombrar el cabello de las personas afrodescendientes que vinieron a parar y habitar este lado de la tierra y el cielo junto al mar Caribe. Otras expresiones son pelo duro, quieto, apretado, ensortijado, cuscú, pimienta, malo, brillo, ochenta y ocho. Pelo rucho es el nombre de un documental que acaba de producir la asociación Funsarep, el cual se mete con los peinados afro como pretexto para trenzar las palabras, las historias de vida, los problemas y los sueños de un puñado de mujeres afrocolombianas que se ganan la vida con sus manos tejedoras de trenzas en las cabezas, especialmente de turistas en las playas de Bocagrande y Playa Blanca. Pelo rucho es la excusa para que las mujeres afro en Cartagena compartan reflexiones sobre sus derechos humanos y sus procesos de construcción de ciudadanía a través de expresiones simbólicas propias de la cultura afrocartagenera que no se agotan en el reconocimiento cultural sino que avanzan hacia el compromiso con transformaciones para la superación del racismo, la discriminación y la exclusión. Vilma Jay es una estudiante de comunicación social y periodismo de origen sanandresano que se topa con la práctica estética de los peinados y las trenzas afro mientras busca tema a una investigación universitaria sobre las mujeres y la cultura afrocolombiana. El tema lo encuentra mientras camina por las playas de Bocagrande en las manos de Luselly Gómez y Palmira Cervantes, dos mujeres que luego de recorrer la playa de espolón a espolón, han pescado a una turista que quiere llevar un bello recuerdo de Cartagena en su cabeza y pelo liso. Ya en el sector de Bocagrande, pero sobre todo en San Basilio de Palenque, luego de pasar por el barrio Líbano y por el Canal del Dique para llegar hasta Playa Blanca, y de hablar con Darly Mendoza, Yilibeth Rodríguez y Josefa Hernández, con cámara fotográfica en mano Vilma capta que los peinados y las trenzas afro son más que una práctica estética y económica con la cual sobreviven cientos de mujeres en los sectores turísticos y en las zonas populares de Cartagena, son también una experiencia comunicativa, cultural, histórica, política y social. En Pelo Rucho, Vilma Jay esculca todo esto que se esconde en esta práctica en el escenario urbano y rural de Cartagena y de Palenque a través de la identificación y puesta en escena de mujeres que se dedican cotidianamente al arte y la ciencia de hacer peinados afro, porque estos también tienen su ciencia. Graba las palabras e historias de lucha y resistencia de diversas mujeres peinadoras a la par que se ve y habla del proceso de construcción de diversos peinados. Finalmente el documental trenza o entrecruza el pelo, las palabras y las lenguas criollas de la afro sanandresana Vilma y la afropalenquera Josefa, los problemas y los sueños de libertad de las mujeres afrocartageneras y sus comunidades. Utilizando el recurso del documental y el recurso de los peinados, que son más que recursos estéticos, Funsarep y las dos mujeres que dirigen esta realización audiovisual, Delly de la Rosa y Yenifer Patrón, se meten con algo con lo que poca gente se había metido, el pelo rucho. puntos_de_encuentro@hotmail.com *Lingüista, literato y comunicador para el desarrollo
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