Columna


Perder el año

AUGUSTO BELTRÁN PAREJA

16 de junio de 2012 12:00 AM

AUGUSTO BELTRÁN PAREJA

16 de junio de 2012 12:00 AM

Está finalizando un año escolar, pero pocos hablan de “perder el año”. En otras épocas gravitaba esa amenaza sobre muchos estudiantes. Con el miedo se intentaba mejorar el rendimiento. Ahora, cuando un maestro desaprueba a algunos alumnos está buscando cambiar de oficio. Se acabaron las temibles épocas de la pedagogía de profesores “cuchillas”.
Los profesores “madres” explicaban y ayudaban, pero no conseguían la dedicación que obtenían los exigentes que se vanagloriaban del alto porcentaje de rajados. Hoy todos son “madres”,  con el  cuento de “la sociedad los reprobará”. Cuando para el éxito del proceso los maestros tienen menos influencia que las ganas del estudiante. Sin acudir a la vieja sentencia de “lo que natura no da, Salamanca no bendice”.
Las puntuaciones de los escolares tienen mucho parecido con las encuestas de hoy. Las indulgentes otorgan excelentes cifras. Otras severas, sancionan equivocaciones con bajos índices de aceptación.
López Michelsen hizo célebre lo de los cien días como plazo para la calificación inicial de un gobierno. Apenas tendría vigencia para un chequeo de buenas intenciones y programas. ¿Dos años del Gobierno Nacional son suficientes para una evaluación certera?
Pero siempre habrá la deformación de comparar el gobierno con el anterior, siendo las circunstancias y los problemas distintos. Es lo mismo que comparar a Messi con Maradona, y a éste con Pelé. Colocar a Uribe y Santos en una balanza para juzgar con precipitación no es serio. Cada uno tiene su estilo, sus fortalezas, fallas y sudores en situaciones diferentes.
El momento de elección y comparación ha sido con Mockus. Nos cautivó la honradez mental del profesor Mockus, pero quizás volveríamos a votar por Santos. Nos imaginamos a Mockus con los problemas que le ha tocado encarar al Gobierno actual.
Centralismo siempre hemos tenido. La tecnocracia diplomática se diferencia mucho de la espartana gerencia paisa. Pero Uribe y Santos se siguen pareciendo en muchos aspectos. Entre otros porque sus partidarios no aceptan, ni aceptaban crítica alguna por respetuosa que fuese.
Estos gobiernos son así.  El de Uribe duró ocho años con muchísimas cosas buenas y otras no tanto, y los dos años de Juan Manuel Santos también tienen cal y arena. Uribe con un poder judicial hostil, Santos con toda la armonía. Ambos con un  Congreso obsecuente, y mucha popularidad.
Nuestro Presidente anuncia para la ciudad obras de gran aliento, ojalá también con cartageneros que le acompañen en su atildada nómina de colaboradores.
No pretendemos absurdas milimetrías regionales, pero para superar las carencias que laceran Cartagena y su zona de influencia, se necesitan obras urgentes. Y que quienes padezcan las dificultades, participen en su solución. Qué afán compulsivo de medir el  desempeño con imposibles balances y cuestionadas encuestas. Queremos tener desde ya lo que pomposamente llaman el veredicto de la historia. Anticipar el futuro es una pasión que acompaña a la humanidad desde la noche de los tiempos. Quizás historiadores y futurólogos ayudan a evadir el presente, porque buena parte del futuro nos vigila desde el pasado.  Quiera Dios que no perdamos el año.
*Abogado, Ex Gobernador de Bolívar y Ex parlamentario.
augustobeltran@yahoo.com 

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