Columna


Perimetral, de importancia especial

LUIS ENRIQUE BORJA BARÓN

25 de junio de 2011 12:00 AM

LUIS ENRIQUE BORJA BARÓN

25 de junio de 2011 12:00 AM

Convencido de que la construcción de la Vía Perimetral es una de las obras de más importancia que necesita Cartagena por ser, a mi parecer, la de mayor impacto social para la ciudad, debido a que el espacio por donde debe pasar lo ocupa hoy un porcentaje alto  de cartageneros en condición de indigencia extrema, víctimas del olvido del resto de sus coterráneos.
Quienes viven allí nada tienen y por consiguiente nada se les puede pedir. Construir la vía implica dar vivienda decente, en lugar diferente y sin costo, a quienes habitan espacios humanamente invivibles, rellenos con desechos, posos infectos inundables aún en períodos secos. La indiferencia a la que han sido sometidos, se les tiene que pagar con la justicia social que se les ha negado y robado,  porque la ciudad bien conoce de las sumas cuantiosas que la caridad humana ha recolectado a su favor, al igual de otras muchas del Estado, que no han seguido el camino debido.
Una vez bien construida la totalidad de la vía, la comunidad la usará intensamente en beneficio de la movilidad y, lo más importante, los cartageneros que no conocen la verdadera miseria y ni siquiera la imaginan, podrán conocerla y entender que la falta de sensibilidad humana conduce a extremos de horror, de los cuales todos somos responsables.
Las explosiones sociales son previsibles y evitarlas es un compromiso impostergable, sin importar costos. Es preocupante que la comunidad cartagenera ignore esta realidad, quizá porque inconscientemente la tiene escondida a sus intereses.
La parte construida, una tercera parte del total, es hoy una montaña rusa que no justifica los miles de millones de su construcción, ni los otros miles invertidos para hacerla medianamente utilizable. Desafortunadamente la Señora Alcaldesa decidió quitarle lo mejor de su belleza la vista a la Ciénaga, con edificaciones muy importantes pero que bien pudieron estar al interior de la vía, su costo era mayor, pero lo era más su valor social.
El hecho de estar parcial y deficientemente construida, sin los empalmes con la Avenida Santander y La Cordialidad, dificulta su utilización y es causa de su poco tráfico, por consiguiente de inseguridad. Todo lleva a concluir que para no perder lo hecho, evitar costos adicionales y, por sobre todo, atender urgente necesidad social que no da espera, es impostergable su reconstrucción parcial y terminación definitiva.
Considero que esta vía terminada, diseñada de acuerdo con el tramo construido, técnicamente bien hecha y definitivamente con doble calzada, a mi entender y en ausencia de una información diferente, es uno de los carreteables que la ciudad necesita con más urgencia.
Eso fue lo que debieron pensar, en su momento, quienes autorizaron el embeleco de Transcaribe, que hoy absorbe a borbotones los recursos que la ciudad no tiene, que durante seis años ha sido causa de problemas de todo orden y que sólo dentro de varios más sabremos si soluciona la problemática vial que sirvió para justificarlo. Me temo que sean puras ilusiones, como la necedad del túnel de Crespo.  

lubor149705@gmail.com
 

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