Columna


Progresistas y reaccionario

MAURICIO CABRERA GALVIS

09 de enero de 2011 12:00 AM

MAURICIO CABRERA GALVIS

09 de enero de 2011 12:00 AM

A medida que queda atrás el caudillismo excluyente que gobernó a Colombia en los últimos años, surgen otras fuerzas políticas, se reconfiguran las alianzas entre las tendencias que interactúan en la política colombiana y se conforman dos bloques ideológicos y políticos, uno liberal y progresista, el otro conservador y reaccionario.El fenómeno más visible es el Congreso, donde el Partido Liberal y Cambio Radical se unieron para sacar adelante los proyectos legislativos más progresistas del Gobierno (ley de víctimas, restitución de tierras y la reforma tributaria), ante la oposición soterrada del bloque conservador con el partido de la U. Siguiendo el Twitter de su jefe común, trataron de frenar esos proyectos, pero sin atreverse a votar en contra, pues hubieran salido de la coalición oficial y perdido sus tajadas burocráticas jugosas.
Estas alianzas van para largo y se reflejarán en las elecciones de alcaldes y gobernadores en octubre de este año. Cada uno de los bloques tratará de tener un solo candidato. Es posible que en algunas regiones las alianzas sean más amplias e incluyan otros grupos políticos con afinidades ideológicas. Así el Partido Liberal y Cambio Radical podrían unirse en algunas ciudades con los Verdes e inclusive con el Polo, mientras que el bloque conservador lo haría con su “tinieblo”, el PIN: tienen el mismo jefe.
Ante el predominio en el Ejecutivo de las tendencias progresistas, el objetivo de los conservadores es lograr las mayorías en las elecciones regionales, para influir más en las políticas nacionales. Por eso el mismo ex presidente se metió de lleno en la campaña y asumió su dirección.
Hay bases para pensar que el realinderamiento ideológico puede ir más allá de la mecánica electoral, e inclusive trascienda los partidos tradicionales. Tanto en el Partido Liberal como en el Conservador siempre han coexistido tendencias progresistas y reaccionarias, si bien el Liberal se depuró cuando los sectores más de derecha conformaron el PIN y partido de la U.
En el Partido Conservador no hay todavía esa ruptura, pero la bandera azul cobija dos tendencias distintas: un “conservatismo social” que, inspirado en la doctrina social de la Iglesia, comparte la preocupación de los progresistas por la justicia y la igualdad, lo que lo lleva a ser más partidario de la intervención del Estado. En el otro extremo, está el conservatismo neoliberal y retrógrado, defensor del statu quo, partidario del predominio de las fuerzas del libre mercado y opuesto a las políticas redistributivas. Lo curioso de hoy es que los conservadores que están en los ministerios y en el Gobierno son del primer grupo, mientras que el segundo grupo tiene la dirección del partido parlamentario.
Colombia pasa por una transformación política interesante. Si, de acuerdo con Bobbio, las políticas progresistas “se caracterizan por la tendencia a remover los obstáculos que convierten a los hombres y las mujer en menos iguales”, el gobierno de Santos muestrs una faceta progresista. No es de izquierda en el sentido tradicional, pero sí viró frente a las políticas conservadoras del gobierno anterior.
El reto de las fuerzas progresistas es consolidar este movimiento del péndulo, que por lo menos está devolviendo al país desde la extrema derecha hacia el centro.

macabrera99@hotmail.com
 

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