Propongo que a muchos de ellos se les restrinja el paso por ciertos sitios de La Heroica, no tanto por si su placa termina en número par o impar, sino por su responsabilidad ética y estética en el manejo de varios bienes públicos en El Corralito de Piedra.
Ninguna autoridad local, nacional e internacional, relacionada con la construcción de Transcaribe, por ejemplo, debiera pasar cerca de esta obra que hace mucho tiempo tendría que estar funcionando. Quienes tengan algo que ver con el paso de tortuga de esta vía que atravesaría la ciudad, debieran transitar por el Mar Caribe, ni siquiera por el sistema de caños y lagunas porque este también está integrado al sistema de transporte masivo que no arranca y genera sobrecostos.
Hablando de caños, de lagunas y ciénagas, ninguna autoridad ambiental seria debiera poner el pie o pasar su carro cerca de estos cuerpos de agua contaminados y de las vías que los rodean, no tanto para no contaminarse ellas o evitar el deterioro de sus carros, sino por su responsabilidad en la contaminación de este sistema acuático. No debieran asomarse, por ejemplo, por la Vía Marginal del Sur o por la Vía Perimetral, a no ser que vayan a dar un paso importante para el saneamiento del Caño Juan Angola o de la Ciénaga de la Virgen.
Los responsables de la construcción del Parque de la Comida Caribeña, que nunca fue utilizado para lo que se construyó, y del Parque Espíritu del Manglar en Chambacú, que más bien debiera llamarse Fantasma del Manglar, debieran darse la vuelta por Marbella o por Manga cuando tengan que salir o entrar al Centro, no debieran acercarse por allí en cuerpo ni en alma, o por lo menos voltear para otro lado cuando pasen por estos sitios que no son lo que son, y suban por el puente de Chambacú. Hablando de puentes, los responsables de la construcción del Puente Benjamín Herrera en Torices, no debieran pasar cerca de esta obra inútil que lo único que sirve es para botadero público. Lo mismo tendrían que hacer los irresponsables que se inventaron unos paraderos de buses que no sirvieron para nada, excepto para derrochar el dinero público. Allí donde todavía queda lo que iban a ser unos paraderos, se les debiera prohibir el paso a los responsables de tal invento.
Quienes hacen todo para que el Mercadito de Santa Rita se caiga y con él los comerciantes que lo sostienen, debieran transitar por la Avenida Santander y no por la carretera Paseo de Bolívar. Quienes pusieron el Mercado de Bazurto en Bazurto y ahora no saben dónde ponerlo, debieran andar en la ciudad por aire, en helicóptero, para no ser parte de los trancones que a diario se forman en este sector y para a lo mejor ver las cosas de mejor manera desde arriba.
Con estas medidas con seguridad se mejoraría la movilidad en la ciudad y se sancionaría a tantas autoridades que por vergüenza debieran autolimitarse, no pasar por sitios donde todo lo hicieron mal.
*Lingüista, Literato y Comunicador para el Desarrollo
puntos_de_encuentro@hotmail.com
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