Columna


Protesta seria y creativa

GERMÁN DANILO HERNÁNDEZ

08 de noviembre de 2011 12:00 AM

GERMÁN DANILO HERNÁNDEZ

08 de noviembre de 2011 12:00 AM

En el prolongado paro nacional universitario para rechazar la reforma a la Ley 30, los estudiantes de la Universidad de Cartagena son protagonistas por su creatividad y dinamismo para conservar viva y atractiva la protesta, sin perder su contundencia.
Contrario a las pedreas desgastadas y desiguales con la fuerza pública, los ataques a vidrieras o quema de carros, que sirvieron de pretexto para criminalizar la protesta social, los universitarios de Cartagena encontraron mecanismos y escenarios diferentes para demostrar firmeza en sus convicciones.
Los udeceistas han hecho maratones de besos, noches de antorchas, jornadas de silencio, tomas simbólicas de monumentos y murallas, entre otras actividades que refrendan sus exigencias de detener la reforma a la Ley de Educación Superior. El riesgo de judicialización por bloqueo de vías y la apatía, o imposibilidad de algunos estudiantes para participar en el paro, han sido contrarrestados con mucho ingenio.
Quienes le apostaron a que el tiempo y las amenazas terminarían por debilitar al movimiento estudiantil, están sorprendidos  con la vitalidad y el entusiasmo con que los jóvenes se sostienen en su causa, propiciando por el contrario un efecto multiplicador de la protesta.
Docentes y trabajadores también han estudiado el contenido de la reforma y confirmado que efectivamente existen puntos lesivos para a la autonomía universitaria y por la intención de abrirle espacios al capital privado, para que la dinámica de la oferta y la demanda termine por arrasar los deberes del Estado en la financiación de la educación pública.
La Asociación de Profesores Universitarios (ASPU) se declaró en Asamblea Permanente en todo el país, organizaciones como la Asociación de Docentes de la Universidad de Cartagena (ASODUC) exhiben posiciones críticas frente a la reforma, mientras que cada vez más catedráticos y docentes de planta acompañan sin reservas  el paro como mecanismo legítimo de presión para evitar que el descalabro de la salud pública se repita en la educación.
Las declaraciones del Consejo Superior y del Consejo Académico Universitario, que expresan respeto por la decisión de los estudiantes de mantenerse en paro es señal de reconocimiento implícito a un movimiento nacional que dista mucho de ser un capricho juvenil. Es prudente la actitud de las directivas universitarias en Cartagena y en otras ciudades del país, de no cancelar el semestre y buscar fórmulas de concertación para recuperar el tiempo cesante, una vez se levante el paro.
El activismo estudiantil de la Universidad de Cartagena, ajeno a las capuchas, a  las bombas molotov, a las papas explosivas, a la destrucción de bienes y al radicalismo a ultranza, es muestra de evolución de la protesta pública en el marco de una democracia. Aunque tiene sus detractores, la protesta pacífica que hace de la lúdica y las sonrisas sus armas defensivas, puede ser mucho más contundente y efectiva que la violencia
Ante la evidente presión que representa el paro de los estudiantes, crecido en respaldos de otros sectores, sería sensato por parte del Gobierno nacional ceder un poco  en su soberbia y retirar la reforma presentada ante el Congreso, hasta lograr una verdadera concertación con los diversos estamentos universitarios y conquistar la confianza que requiere un proyecto de ésta envergadura.

germandanilo@hotmail.com

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