Columna


Quisicosas electorales

RODOLFO SEGOVIA

03 de octubre de 2010 12:00 AM

RODOLFO SEGOVIA

03 de octubre de 2010 12:00 AM

El gobernador de Bolívar renunció en mayo. Obtuvo desde fines del año pasado licencias sucesivas para atender líos judiciales. No pudo. Se fue y se fue oportunamente. La ley es clara: “Siempre que se presente falta absoluta a más de dieciocho (18) meses de la terminación del período, se elegirá gobernador para el tiempo que reste”. Los comicios deben celebrarse. ¿Simple? No. En el truculento clima político reciente de Cartagena de Indias, nada es sencillo, ni lo era hace 500 años: a don Pedro de Heredia le armaron un complot por el reparto del oro de las sepulturas zenúes. El Registrador convocó a elecciones para septiembre y luego las pospuso hasta el 24 de octubre. Es un exabrupto trasladarlas al pico de la estación de lluvias y con costos que superan el de centenas de casitas de interés social, dicen algunos. Argumentos meteorológicos y humanitarios. En los mentideros se rumora que quizá los comicios no se darán. Bolívar tiene gobernador encargado desde hace casi un año. Se ha desempeñado con decoro. Como manda la ley y a la espera de definiciones que intríngulis judiciales pospusieron, se le escogió de Cambio Radical, el mismo grupo político del gobernador saliente, pero con el que éste se había enemistado. En marzo, Cambio Radical eligió sobrados dos senadores bolivarenses, uno de ellos ahora sub judice. Nada menos que el 20% de su bancada senatorial. La “U” inscribió candidato para la atípica justa electoral prevista. También lo hicieron Cambio Radical y otros partidos. Según los pronósticos, el de la “U” va en coche, aunque en medio de baches. Su trémula campaña la impulsa no “U”, sino el PIN. En efecto, la Gata, jefa del grupo en Bolívar y madre de senador, mueve fichas, reparte billete e infla entusiasta las velas del favorito. ¡Horror! De otra parte, los correveidile aseguran que Bolívar es espejo de fisuras presentidas en la coalición nacional de gobierno. Afirman que desde la cúpula traman elecciones truncas y prórroga del encargado, que le llevaría, eficaz, a presidir votaciones para mandatarios con cuatrienio en octubre del 2011. Y se neutralizaría la influencia nefasta de la ubicua Gata. En la Provincia de Cartagena hay desde tiempo inmemorial para todos los gustos y un festín para abogados demandantes, que se frotan las manos frente a la barbacoa. Don Sancho Jimeno expuso el pecho en Bocachica para frenar a los franceses de De Pointis en 1697. No así el gobernador De los Ríos, quien capituló y fue a refugiarse en Mompox con sus morrocotas mientras Cartagena era saqueada. Fresco como una begonia regresó a reponerse en el empleo una vez los corsarios abandonaron la plaza. La Audiencia de Santa Fe, alarmada, envió un oidor. De los Ríos le despachó al exilio con la toledana al guargüero. Hubo de venir de España un nuevo gobernador en 1699 antes de que De los Ríos dejara el cargo al que estaba atornillado. Preso al fin por sus desafueros, huyó a Francia. Desde allí, Luis XIV, socio de los corsarios en la expedición contra Cartagena y ahora abuelo del rey de España, Felipe V, solicitó y obtuvo su perdón en 1703. Connivencias y quisicosas de la política. Se ofrecen picarescas apuestas doble a sencillo. Don Sancho se reserva si están a favor o en contra de la celebración de elecciones. Colorín colorado. El tira y afloja llega hasta el corazón mismo del poder. rsegovia@axesat.com

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