Columna


Regalías, “tirón de la barracuda

EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ

12 de octubre de 2010 12:00 AM

EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ

12 de octubre de 2010 12:00 AM

Cuando durante la campaña presidencial el doctor Juan Manuel Santos propuso un gobierno de unidad nacional, consideramos que la iniciativa, de ser acogida, repercutiría favorablemente en la tarea legislativa del Congreso Nacional, porque se podrían formar mayorías suficientes para aprobar algunas reformas sin éxito en los gobiernos de partido. Tuvo el tacto el doctor Santos de anunciar que las iniciativas más relevantes de otros candidatos presidenciales serían incorporadas en su plan de gobierno; y fue precisamente esa propuesta la que se abrió paso y dio cuerpo a la llamada unidad nacional como estructura política, y a cuyo alrededor, finalmente, se congregaron las fuerzas de la U, del Conservatismo, del Liberalismo y de Cambio Radical, pero sin prescindir de la deliberación o del debate parlamentario y de la participación de la oposición en el ejercicio de sus derechos, durante el trámite de la agenda legislativa más ambiciosa de los últimos tiempos. No se deben emitir juicios ligeros como el de considerar que el desarrollo de dicha agenda en el Congreso, por la polémica que ha generado uno de los proyectos –el de regalías–, está en vía de fracasar, o que el barco de la unidad nacional “está haciendo agua” por sus costados o, acaso, por rebelión de sus tripulantes. Creemos que tal clase de conjeturas son exageradas. Habrá que actuar con la prudencia y paciencia del buen pescador, a quien no le basta tirar el ancla y dedicarse a esperar que todos los peces se prendan al palangre. Algunas veces, el tirón es tan fuerte –por ejemplo, cuando el cordel lo tensa una barracuda-, que si no se sabe manejar el carrete de la caña de pescar, termina por reventarse. Valga el símil para aplicarlo al proyecto de ley de regalías, que ha provocado tensión política alta y hasta anuncios independistas de regiones que se consideran afectadas con dicha ley. Basado en un criterio de equidad social integral, el proyecto de ley del Gobierno, dirigido a redistribuir los recursos que obtienen los departamentos y municipios por explotación del subsuelo -para superar los desequilibrios en el desarrollo de las regiones-, es altamente defensable, pero habrá de tenerse en cuenta en la redistribución de su monto total, el derecho al resarcimiento que tienen aquellas regiones productoras que sufren impactos ambientales por razón, precisamente, de la explotación que se hace de ellos en sus respectivos territorios, pero sin que esas regiones puedan oponerse a que se atienda a otras regiones deprimidas del país. Los desequilibrios regionales en verdad son patentes en departamentos de frontera y en aquellos dedicados a la ganadería -económicamente ricos y fiscalmente pobres-, y cuyas carencias podrían resolverse, en buena parte, a través de la redistribución de las regalías, como lo ha propuesto el Gobierno. Habrá que evitar, sin embargo, que la protesta llegue a extremos inmanejables y que “el tirón de la barracuda” rompa los sentimientos de unidad nacional; sentimientos que deben preservarse, como lo proclama el propio preámbulo de nuestra Constitución Política. *Ex congresista, ex ministro, ex embajador. edmundolopezg@hotmail.com

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