Lo más destacable de la reforma a la justicia, sin duda, ha sido, el despertar ciudadano, las reacciones sociales se han hecho sentir, la sociedad civil, que yacía dormida, en buena hora, ha reaccionado, para bien de la salud del país, del avance de la democracia, al punto, que el gobierno, coautor de la monstruosa criatura constitucional, no tuvo más remedio, que objetarla, porque se enfrentaría a una derrota política, con efectos sobre la reelección del presidente Santos.
Por ello, el gobierno, el presidente del partido liberal y presidente de la cámara de representantes , el mismo, que designó los conciliadores, y quién aprobó con sus colegas, la reforma a la justicia y sus orangutanes, como si estuviéramos en la patria boba, Simón Gaviria, quieren presentarse como enemigos de la reforma y defensores del interés general, en verdad, como lo han dicho, otros columnistas, quieren salvarse ellos mismos, de la censura social.
La salida del gobierno, al objetar la reforma, y la propuesta del hundimiento de la misma, por parte del presidente de la cámara, doctor, Simón Gaviria, quien de manera irresponsable confesó, que no había leído ni estudiado el esperpento, no es propia, como se le ha llamado de Simón el Bobito, si no , de Simón el vivito.
La reforma caerá total o parcialmente, su suerte està anunciada, la sociedad civil, la destruyó por inmoral, el referendo derogatorio, la exterminaría, si no es hundida en una nueva alianza del gobierno y el congreso, los verdaderos responsables de la bacteriana reforma.
La reforma caerá, pero, que pasará con los reformadores, quienes a pupitrazo limpio, la aprobaron, sin recato ético, en beneficio de sus impúdicos intereses, cual debería ser la sanción política a aplicarles?
Los micazos, que fueron rechazados por miles de colombianos deberían recibir además, de su derogatoria o hundimiento, sanciones como la revocatoria del mandato para sus autores, propuesta que ha sido sugerida, por columnistas, expresidentes, sectores de la sociedad civil, y organizaciones sociales.
El país no puede continuar con unos congresistas que legislan en causa propia, en contra del Estado de derecho, de la independencia y separación de los poderes, en detrimento de la igualdad material, en un claro conflicto de intereses.
Muchos congresistas, coautores del enorme retroceso institucional, contenido en el acto legislativo, así tuviera aspectos positivos no estructurales, deberían recibir la correspondiente sanción política, de una sociedad indignada que ha rechazado el acto.
La impunidad política, no puede seguir atropellando al país, los honorables padres de la patria, coautores de la bacteriana reforma, podrían si así lo quisieran, optar por tomar la gallarda actitud del ministro de justicia, quién renunció a su cargo.
La propuesta, que ya circula en las redes sociales, debe ser celosamente, debatida, reflexionada y estudiada, en mi modesto criterio es oxigenante para la democracia y convenientemente necesaria.
Profesor universitario, alcidesarrieta77@yahoo.es
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