Columna


Se buscan candidatos

AP

21 de abril de 2011 12:00 AM

CRISTO GARCÍA TAPIA

21 de abril de 2011 12:00 AM

No es que los anden buscando con lupa, pero hasta ahora está resultando como difícil encontrarlos. Ni al mismísimo Diógenes, en paruma y con su lámpara potente recorriendo recovecos y guaridas, y buscando en los espacios abiertos a plena luz del día, creemos que tal búsqueda vaya a darle resultados deseables.
Dado el alto nivel de falsificaciones que hay en el mercado local y regional y en atención a que cada vez es mayor la mezcolanza de sustancias impuras y nocivas que contribuyen a su elaboración, cuanto ahora quiere y persigue el consumidor final es que el producto que se le mete por los ojos sea apto para el consumo social.
Cuando menos, que no le produzca nauseas, mareos, intoxicaciones o cualquiera de esos estados que alteran en grado sumo su metabolismo y contribuyen a generar enfermedades catastróficas en las comunidades que resultan engañadas por los mesiánicos vendedores de aguas coloradas, azules, verdes, amarillas, neutras y similares, cuyo efecto es contrario al mal que ofrecen curar.
En fin, la temporada ofrece variedad. Y aunque las ofertas abundan en todas las esquinas, bocacalles, plazas, barrios, villorrios y veredas de todos los pueblos y ciudades de la Región, es más bien poco el interés que suscitan nombres y marcas. Nada tienen de atractivos y menos de efectivos; carecen de lustre y de sustrato, pasan como el aire entre los pastizales, fugaz. No “pegan”, porque son el mismo menjunje de siempre.
Sólo que para hacerlo atractivo al consumidor potencial le cambian la etiqueta, le agregan color y despliegan toda una batería de pregoneros que a cualquier hora del día y de la noche van incesantes por todos los recovecos de la geografía municipal o departamental promoviendo los efectos benéficos y saludables del mágico remedio.
Y cuando el mentado remedio que ofrece curar todos los males colectivos resulta de difícil penetración en el mercado, local o regional, vienen las alianzas estratégicas, las uniones temporales, las ganzúas que abrirán puertas o las palancas que las derribarán para entrar por la fuerza y, a cambio de una, meterle todas las cucharadas contenidas en el frasco a quien se resista de buenas a primeras a beberlo.
Y vuelven, como en cercanos tiempos, las visitas intimidatorias de las Bacrim, los “fichos” del Sisben, el señuelo de los mercaditos cambiados por invierno, los cortes de luz y agua. Y de cabeza en la nómina del respectivo municipio o departamento si el agraciado con la visita del candidato se resiste a endosarle su patrimonio electoral, el de sus padres, mujer, hijos y vecinos.
Así es la cosa por acá. Y por allá también, de contrario las cárceles de máxima y mínima seguridad no estuvieran atiborradas de tanta gente importante en la nomenclatura pública. Diga usted, senadores, representantes, diputados, concejales, ministros, viceministros, gobernadores, alcaldes y hasta elegantes y bien habladas damas de altura.
En fin, cuanto quiero observar es que la cosa está peluda. No hay con quién y la búsqueda del tipo o la tipa que dé con el perfil de transparencia, competencia, decencia, independencia y buen comportamiento social y respeto por lo público, no se avizora ni con la lámpara de Diógenes.
¿Con quién entonces? ¿Contigo? ¿Conmigo? ¿Con el de más allá de aquellos?
¿Con quién?

*Poeta

elversionista@yahoo.es

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