Columna


SITM, la operación

MIGUEL YANCES PEÑA

02 de abril de 2012 12:00 AM

MIGUEL YANCES PEÑA

02 de abril de 2012 12:00 AM

En la medida que avanza la construcción de la infraestructura del SITM, aparecen con carácter de urgencia dos asuntos adicionales. El primero, la operación, y el segundo el combustible que utilizarán los diferentes tipos de buses.
Como el sistema es una réplica del de Bogotá, se sabe que intervendrán tres tipos de organizaciones: el operador, una entidad pública (mmm...…;) que se encargará del despacho y control centralizado del tráfico automotor, y posiblemente también de la infraestructura (vías, patios y estaciones). Yo los separaría.
El recaudador, que será el responsable de la venta de tiquetes, el recaudo del dinero, y de pagarse y pagar a las otras dos organizaciones. Y finalmente los transportadores, que se sabe serán dos empresas, y que se encargarán del cuidado y movilización de los buses: son dueños del parque automotor. A estas últimas yo las convertiría en una sola empresa por acciones que cotice en la bolsa.
Hay otra organización menor que es el proveedor de combustible, que no incluí en la anterior clasificación porque imagino que podría ser una actividad de los mismos transportadores que buscarían una franquicia que les permitiera proveerse sin intermediación. Y aquí aparece el segundo asunto. ¿Se dejará en libertad a los transportadores para que escojan el tipo de motor y de combustible a usar; o el gobierno lo fijará como política de estado, porque la decisión impacta las reservas de recursos no renovables, el medio ambiente y la tarifa?
Sea cual sea la decisión gubernamental, la formula tarifaria debe calcularse con el combustible de menor costo económico y social. Pero creo yo, para que no esperen que lo haga Bogota, que es una decisión municipal.
Esa fórmula tarifaria, sería una señal económica adicional a la reducción de aranceles del 15% al 5% decretada por el gobierno nacional para la importación de buses y camiones con motores que funcionen 100% con GNV. Y la eliminación total del arancel, por tres años, a la importación de vehículos livianos que usen el mismo combustible.
Hablando con las personas que queman gas y no gasolina en sus automotores, se obtienen registros de ahorro de hasta del 50% medido en pesos, comparado con motores diesel, y el 75% menos que con vehículos a gasolina.
Pero automotores a gas, un combustible limpio con muchas reservas en el país, aun no salen de fábrica, a pesar de que los clientes los demandan hasta el punto que corren con los costos y la incomodidad, en lo que a pérdida de espacio se refiere, de su conversión. Es un fenómeno que no se entiende: un mercado (el de vehículos automotores) que no sigue los dictámenes de la demanda, pero que se siguen vendiendo y los compradores gastando unos pesos adicionales en la conversión a GNV.
Lo que no ha querido hacer el gobierno mediante Decreto (prohibir) lo está logrando el mercado presionado por los precios. Muchos vehículos se están pasando a gas natural vehicular (GNV), y cada vez mas estaciones prestan el servicio.
Ese gasto, es una contundente demostración de lo que los compradores estarían dispuestos a gastar (y hasta un poco más porque no implicaría un cambio en el diseño original) en la compra de un vehiculo nuevo que viniera dotado de motor de combustión a gas.

*Ing. Electrónico, MBA, pensionado Electricaribe

movilyances@msn.com

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS