Columna


Sobre cayos y algo más

EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ

01 de mayo de 2012 12:00 AM

EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ

01 de mayo de 2012 12:00 AM

El Senador Luis Fernando Velasco pidió la renuncia de la canciller María Ángela Holguín  por sus declaraciones en relación con el litigio en la Corte internacional de la Haya sobre la soberanía en los cayos Roncador. Quitasueño, Serrana y Bajo Nuevo, en cuyas declaraciones habría puesto en duda los títulos y alegatos de Colombia sobre esa parte del territorio nacional. 
A la voz del Senador se sumaron otros defensores vehementes de la causa colombiana,  y en un medio de prensa prestigioso, Semana, se apuntó que “en la cartilla diplomática el solo hecho de que se haya tocado el tema (por la canciller) es considerado un error”. “Algunos interpretaron sus palabras -dice la misma revista– como una aceptación de que Colombia podría perder algo”, y a renglón seguido, transcribió los párrafos de las declaraciones polémicas, en uno de los cuales dijo: “Nadie está preparado para que digan este pedacito no es de ustedes, tenemos que tener en la  mente que cualquier cosa puede pasar en esas posiciones salomónicas que ha tenido la Corte”.
La verdad es que el eco de esas declaraciones en la Corte Internacional de Justica pudo ser de altos decibeles, pero no tanto para desvirtuar los derechos de nuestro país sobre dichos cayos, defendidos con brillo y competencia por los ex cancilleres Julio Londoño Paredes y Guillermo Fernández de Soto durante las rondas en esa única Instancia internacional, porque además de otras potísimas razones históricas, el tratado Esguerra Bárcenas de 1928 fue ya avalado por la misma Corte cuando definió la soberanía que Colombia tiene sobre el archipiélago de San Andrés y Providencia y en el cual se contempla  que todo lo que se encuentre al Este del Meridiano 82 -y Quitasueño, Roncador, Serrana y Bajo Nuevo lo están– son de Colombia, a la luz, se repite, del mencionado Tratado.
Con todo, habrá que esperar la decisión de la Corte Internacional de Justicia, que ojalá no sea de índole salomónica- como lo parece intuir nuestra canciller- y que no perdamos  ni “un pedacito” de soberanía, como  aparentemente lo teme la Ministra.        
Valga, sin embargo, este episodio de nuestra diplomacia para recordar aquel –de consecuencias fatales-, bajo el gobierno del presidente Roberto Urdaneta Arbeláez, cuando el Ministro de Relaciones Exteriores de entonces (año de 1952) , Juan Uribe Holguín, suscribió una Nota Diplomática a través de la cual se le reconoció soberanía a Venezuela sobre el Islote de de Los Monjes, situados los dos a escasas 19 millas de La Guajira y sobre el cual existía una cadena incontrovertible de títulos a favor de Colombia, a partir de la expedición de la cédula Real de 1739, como los apunta uno de nuestros mejores historiadores, el doctor Enrique Gaviria Líévano, en documentado estudio.
Cuando ese episodio penoso ocurrió, era embajador de Colombia en Caracas el doctor  Francisco Urrutia Holguín, y como tanto en este como en el episodio relacionado con los cayos caribeños, han figurado tres Holguines (Juan, Francisco y María Ángela), un chusco bogotano envió una razón al presidente Santos para que tuviera en cuenta ese dato, si es que está pensando en complacer al senador de la Unidad Nacional, doctor Luis Fernando Velasco.

*Ex congresista, ex ministro, ex embajador.

edmundolopezg@hotmail.com

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