Columna


Soluciones

MIGUEL YANCES PEÑA

22 de noviembre de 2010 12:00 AM

MIGUEL YANCES PEÑA

22 de noviembre de 2010 12:00 AM

El torrencial invierno, el más grande y extenso que recuerde, combinado con la temporada de marea alta y mar de leva, ha colocado en primer plano la necesidad de proteger la ciudad de los riesgos de inundaciones que destruyen vehiculas en los estratos altos, y muebles y electrodoméstico en los más bajos; y en consecuencia “El plan maestro de aguas pluviales” del que escuchamos durante la administración anterior, de boca del ing. Enrique Chartuni, pero del que a la fecha apenas se conoce un presupuesto: sólo el doble que el del “absurdo túnel”, el 25% del presupuesto anual el Distrito, o una tercera parte del costo de Transcaribe. No es válido aspirar a un cargo de gobierno bajo el presupuesto que su función no es otra que aprobar y salir a buscar los recursos, o rechazar los proyectos que le presenten los funcionarios de carrera administrativa. La planeación es un concepto básico de cualquier gestión, tanto pública como privada, y el gobernante debe liderarlo. Los candidatos deben preocuparse por conocer los problemas -y sus soluciones- tanto de boca de los mismos afectados que muchas veces de tanto padecerlo, ya han ideado colectivamente las suyas, como las elaboradas académicamente en administraciones anteriores, para complementarla e idear la fuente de recursos con que resolverlos. Es el trabajo conjunto, alternado entre los anaqueles de la administración y el campo, de políticos (que se supone deben tener la sensibilidad), e ingenieros, arquitectos y economistas experimentados, el que le dan cuerpo a las soluciones. Con ellas en mano lanzar la campaña, y no gastar tiempo, materia gris y energías, en idear cómo atacar y destruir a los contendores. Existe una mayor correlación entre la intención de votos y lo que los ciudadanos esperan ganar, que entre la intención de votos y lo que creen que ha sido el pasado del candidato, concluye acertadamente David Sanders, citado por Jaime Bermúdez en “La audacia del poder”. Y, “la opinión pública es menos emotiva de lo que se cree; los individuos buscan diferentes pistas y señales antes de llegar a una conclusión, y no dependen exclusivamente de lo que dicen los políticos y los medios de comunicaron. La gente tiende a pensar que la información que difunden los medios, influye más sobre los demás que sobre sí mismo.” (cita de varios autores). Estas, y la columna, deberían servir de sustento para la campaña que se avecina por la Alcaldía de Cartagena. Por otro lado, para no convertirse en mendigo de dineros del gobierno central que nunca llegan, o hacer riegues por valorización que nunca se recaudan, la creatividad en la obtención de los recursos es parte importante de la gestión. El tema de las concesiones, por ejemplo, es muy práctico en el desarrollo de infraestructura pública -aunque controversial- siempre que la obra pueda ser explotada comercialmente, y produzca dividendos que garanticen una aceptable recuperación de la inversión, y una aceptable rentabilidad en su administración (tarea en la que el Estado ha sido nulo). Mercado hasta donde sea posible, Estado hasta donde sea necesario, fue el acertado eslogan de campaña del presiente Santos, que hay que buscar en todo instante hacer realidad. *Ing. Electrónico, MBA, pensionado Electricaribe myances@msn.com

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