Columna


Títulos de gran responsabilidad

CLAUDIA FADUL ROSA

05 de mayo de 2011 12:00 AM

CLAUDIA FADUL ROSA

05 de mayo de 2011 12:00 AM

Hace poco, saliendo del Castillo San Felipe de Barajas, sede de nuestra Institución, encontré frente a la taquilla a un señor paisa enfurecido. Me acerqué por supuesto para saber en qué podía servirle y me presenté como Presidenta de la Sociedad de Mejoras, institución que administra y conserva los bienes nacionales de interés cultural en nuestra ciudad. 
Nuestro visitante venía con coterráneos suyos a conocer Cartagena y, por supuesto, a la maravilla de sus fortificaciones. Bastante airado reclamaba que cobráramos por entrar al Castillo, si suficiente dinero mandaba la UNESCO como para que nosotros cobráramos el ingreso.
Me impactó como él  vociferaba y con la duda de que fuera un “cañazo”, traté de calmarlo: le expliqué que estos monumentos debían producir para subsistir, ya que no recibían apoyo nacional ni local;  es más,  que San Felipe era la obra maestra de las fortificaciones y que si no hacíamos eso, arriesgábamos su destrucción.
Le expliqué que además, nuestra Institución tiene 85 años de experiencia en su cuidado y conservación y que era pionera en Colombia, como otras Sociedades de Mejoras del país, ejemplo de la actividad mancomunada entre el Estado y  la sociedad civil para defender los intereses colectivos, en este caso patrimoniales.
Pude aplacarlo autorizando su entrada y la de sus excursionistas  con tarifa reducida, evitando que se fueran con la gran frustración de no  conocer el Castillo y su historia y, lo que es peor, con una imagen mala de Cartagena.
A partir de ese momento, que afortunadamente tuvo un final feliz por su coincidencia con mi paso por ahí, creí muy pertinente que la ciudadanía sepa que la UNESCO no es un organismo patrocinador, ni mucho menos responsable de los bienes y ciudades declarados Patrimonio Mundial, es decir, no reparte montones de dinero, como lo suponía nuestro visitante iracundo.
Su gestión se contrae a los compromisos contenidos en la Convención del Patrimonio Mundial, tales como adoptar políticas encaminadas a atribuirle al patrimonio cultural y natural unas funciones en la vida colectiva; a instituir servicios de protección, conservación y revalorización; a desarrollar estudios e investigación científica; a adoptar medidas jurídicas, científicas, administrativas y financieras; a facilitar la creación y desarrollo de centros nacionales y o regionales de formación, conservación y revalorización. Para ello existe un Fondo, al que puede accederse mediante proyectos evaluados por un Comité del Patrimonio Mundial.
La asistencia internacional se fija de acuerdo con la importancia de los bienes amenazados, la urgencia de las obras y ésta puede traducirse en varias formas, tales como estudios, asesoría de expertos, formación de especialistas, suministro de equipos y préstamos con intereses muy reducidos.
Siendo así, entonces, queda claro que debemos generar nuestros propios recursos para que el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad que nos fue otorgado, sea sostenible y dignamente manejado. Es ese el norte de la Sociedad de Mejoras Públicas de Cartagena y en eso estamos todo el tiempo con todas nuestras energías.

*Presidenta de la Sociedad de Mejoras

claudiafadul@hotmail.com

*Rotaremos este espacio entre distintos columnistas para dar cabida a una mayor variedad de opiniones.
 

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