Columna


Un acuerdo sobre “lo fundamental”

JOSÉ FÉLIX LAFAURIE RIVERA

10 de junio de 2012 12:00 AM

JOSÉ FÉLIX LAFAURIE RIVERA

10 de junio de 2012 12:00 AM

Es loable la iniciativa que llevará Colombia a la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, para comprometer a la humanidad con 5 nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible.
No obstante, propongo que el filantrópico compromiso empiece por casa. Propongo que, ante el rezago del país rural frente a los 8 Objetivos del Milenio, hagamos un nuevo Pacto Social para diseñar un Modelo de Desarrollo Rural Integral. Propongo un acuerdo sobre las condiciones justas que esta sociedad debería financiar en forma unánime para sacar al campo de su postración. Premisa básica para eliminar la pobreza, alcanzar el bienestar, la paz y el desarrollo sustentable para todos.
Este acuerdo sobre “lo fundamental” –en términos de Álvaro Gómez– debe partir, por un lado, de repensar lo rural acorde con las transformaciones locales y globales que lo afectan. Y, por otro, de reformular las políticas agropecuarias que nunca resolvieron las distorsiones relacionadas con mercados imperfectos y posturas ideológicas anti-rurales. El trasfondo de estos procesos debe ser técnico, humano y ambiental para devolver lozanía al campo y llevarlo al liderazgo en los mercados interno e internacional.
Esta mirada sobre lo rural debe sincerar el debate sobre la urgencia de mantener la intervención estatal, para remontar los vacíos que sigue padeciendo la periferia. Y, de paso, cuestionar la totalidad del modelo de desarrollo capitalista, que profundizó las inequidades entre nuestros ciudadanos y entre éstos y los del resto del mundo, en virtud de aperturas librecambistas y neoliberales a ultranza. Pero este diagnóstico estaría incompleto si no exploráramos en la responsabilidad de esta sociedad con la deuda rural, acumulada por siglos de discriminación y abandono estatal.
Quizá entonces podamos abordar el verdadero Modelo de Desarrollo Rural Integral, para emprender tareas pendientes y cambiar radicalmente las condiciones de vida de sus habitantes. Propósitos que pasan por proveer educación, salud, agua potable, alcantarillado, vivienda y electricidad, y garantizar seguridad, justicia e infraestructura productiva, con los mismos estándares de calidad y cobertura dispuestos para el área urbana.
No obstante, con estas acciones sólo entregaríamos al campo lo que por derecho le corresponde. Un paso adelante debería sacarlo del aislamiento y del atraso, reconociendo que el sector agropecuario es la médula de la vida socioeconómica en la ruralidad y que es protagonista del crecimiento sostenible y sustentable del país.
Hablo de superar brechas tecnológicas y de formación del capital humano, un entorno macroeconómico sano, predictibilidad en precios e ingresos agropecuarios, acceso a crédito, legalidad en el transporte y comercialización de los bienes, adaptación oportuna al cambio climático y aprovechar la multifuncionalidad sectorial en seguridad alimentaria, energética y ambiental. Todo ello como parte de una estrategia articulada intra e intersectorial, entre lo urbano y lo rural y entre lo doméstico y lo internacional.
No proponemos nada distinto de aplicar en casa y entre los más vulnerables que están en la ruralidad, los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio, en comunión con los 5 de Desarrollo Sostenible que llevaremos a “Río+20”.

*Presidente Ejecutivo de FEDEGÁN

jflafaurie@yahoo.com
@jflafaurie

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