Columna


Un Ministro de salud

DARÍO MORÓN DÍAZ

27 de noviembre de 2010 12:00 AM

DARÍO MORÓN DÍAZ

27 de noviembre de 2010 12:00 AM

La Ley 100 de 1993 fue la creatura engendrada por los economistas neoliberales en boga en esa época, pero ajena a ella estuvieron las Academias y Federaciones médicas. Después de 17 años el resultado es el colapso de la Salud en el país.En el 2010 no existe el indispensable Ministerio de la Salud, sin embargo, sí un Ministro de la Protección, economista, de lo cual se infiere que nuevamente será prioritario el mercado, se desechará el sentido humano de la medicina y la ética de una profesión que tiene valores que defender y preservar. En este escenario de intereses creados en el Congreso hace curso, en medio del lobby de los intermediarios, hijos de la creatura, una polémica Reforma a la Salud.
El Presidente de la Academia, Gustavo Malagón y el exministro Jose Félix Patiño, enviaron una carta al Ministro de Protección, Mauricio Santamaría, debido a un desapacible comentario de éste, sobre los médicos.
"Si usted se refiere como ‘intereses gremiales o personales’ a lo expresado en nuestras comunicaciones a los proyectos de ley, debe saber que la Academia Nacional de Medicina no es una institución ‘gremial’ en el sentido que usted parece insinuar. Es una corporación por ley ‘Asesora del gobierno nacional en todo lo relacionado con la salud y la educación médica del pueblo colombiano’ y es nuestro deber, al igual que el de los funcionarios públicos, velar por los intereses de la sociedad y del paciente individual. Este es el imperativo ético, que ha regido nuestra profesión por más de 2.500 años. Los proyectos llevados a consideración del Congreso no representan, de manera alguna, la tan esperada reforma estructural del sistema de salud. Más bien recogen lo que se pretendió obtener con los decretos legislativos de la emergencia social, en detrimento de la salud como derecho humano con perjuicio para los pacientes, especialmente de aquellos con enfermedades de alto costo.
“Se viola lo dispuesto en la Constitución Política, porque limita el derecho a la salud al establecer ‘que prestaciones individuales pongan en riesgo los recursos necesarios para la atención del resto de la población’. Entendemos que los recursos son limitados; sin embargo, se estaría autorizando a los aseguradores intermediarios determinar a su arbitrio las limitaciones en la prestación de los servicios de salud.
“En los proyectos no hacen referencia a los desmedidos costos de la intermediación, ni a los abusos en los recobros al Fosyga, ni a la indebida utilización de los recursos para fines diferentes de la seguridad social y la conformación de oligopolios, que explican la crisis económica del modelo. Culpan a los pacientes y a los prestadores de la atención de la salud como los responsables de la crisis y pretenden corregirla limitando servicios.
“La Academia Nacional de Medicina no apoya las reformas propuestas tal como están presentadas, sin incluir aspectos que se consideran fundamentales, no por ‘intereses gremiales o personales’, sino por defender los intereses de los pacientes, de aquellos que nosotros, los médicos, debemos tratar, no los de las entidades intermediarias, que tan satisfechas deben estar con los proyectos de ley en curso".
COLETILLA. Se requiere un ministro de Salud, médico; no un Ministro economista.

*Médico Cardiólogo. Ex Director de El Universal. Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina, de la de Cartagena y de la de Historia.

MOROND@telecom.com.co
 

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