Es una carambola que esperamos sea a tres bandas, con el trámite legislativo del TLC con Corea del Sur, que inaugura nuestra entrada al Asia. La exitosa gira internacional y las favorables negociaciones con los asiáticos, revelan las transformaciones en el comercio mundial de ganado en la última década y auguran mejores demanda y precio para la carne. Este panorama no lo podemos extrapolar al subsector lácteo, de condiciones inciertas.
Con Medio Oriente lo hicimos bien, y apenas llegamos el año pasado. Nuestras ventas de cárnicos a Líbano, Egipto y Turquía alcanzaron los US$50 millones en 2011 y en los primeros 4 meses de este año ya suman US$24 millones. Y adicionamos a Jordania a de nuestros compradores. Al fin del segundo semestre de este año esperamos coronar con Emiratos Árabes e Israel, que compran más de 170.000 toneladas de carne al año, que equivalen a un poco más de 1 millón de cabezas. Con Argelia –puerta al África, en donde habrá el mayor crecimiento humano inmediato y, por ende, una mayor presión sobre la comida– todo está por hacer. Allí se prevé un fuerte alza en el consumo per cápita –que es de 10 kg– por mejoras en el ingreso.
Nos damos por bien servidos con el Comercio Exterior de ganado en pie y productos cárnicos, que llegaron a US$74,9 millones hasta abril de este año, 15% más de lo exportado durante 2011, mientras que las importaciones apenas fueron de US$1,1 millones. Otro es el escenario lácteo, con tendencia desventajosa, con una balanza comercial deficitaria de más de US$40 millones, donde ya se ven los impactos iniciales de importaciones vía TLC.
Sin duda, estos movimientos reflejan las incesantes reconfiguraciones en los mercados internacionales por una mayor demanda de carne de bovino en las economías en desarrollo y una oferta en retroceso en los países de altos ingresos. Esto terminó por convertir a las economías emergentes en los nuevos oferentes de cárnicos, con precios al alza desde julio de 2011. En contrapartida, la demanda internacional de lácteos no podrá absorber los crecientes excedentes para la exportación, ni detener la caída de los precios, ya 30% por debajo de los picos de 2011. Preocupa, cuando el país abrió su economía a USA y próximamente a la UE, los dos principales exportadores de lácteos.
No debemos cruzarnos de brazos esperando que los países de altos ingresos, con los que firmamos TLC, finalmente abran sus puertas a nuestros productos. En Fedegán le apostamos a la inteligencia de mercados, que ha dado resultados importantes, según las cifras de Comercio Exterior. Pero necesitamos la legalidad y formalización en el mercado interno y replantear la actividad ganadera, en función del mercado. Y más aún cuando el mundo ha vuelto sus ojos a la economías en desarrollo y se abre un panorama inédito en oportunidades, pero también en retos para insertarnos en el muy competido mundo globalizado.
*Presidente Ejecutivo de Fedegán.
jflafaurie@yahoo.com
@jflafaurie
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