Columna


“Vivencias para el recuerdo”

LUIS EDUARDO PATERNINA AMAYA

18 de julio de 2012 12:00 AM

LUIS EDUARDO PATERNINA AMAYA

18 de julio de 2012 12:00 AM

Unas letras escritas por Eladio Uparela Madrid, caen a mis manos procedentes de San Marcos,  Municipio que regenta la sub-región del San Jorge. El clima aquí en este paraje del universo enciende el imaginario de sus habitantes como para mitigar la llamarada invisible que chamusca la piel inundada de sudor, pero que el sentido por el buen vivir y el repentismo que con humor lo visita, rompe el tedio y la rudeza de ese pequeño cosmos para hacer del sanmarquero el prototipo de persona que triunfa en cualquier parte del mundo y se le mide a cuanto oficio se le ofrezca que enaltezca, desde luego, su condi-ción.
“Vivencias para el recuerdo”,  es un libro que sintetiza al genio que exhiben los perso-najes que trae Eladio para recrear el presente  y que de ellos se puede afirmar, son el reflejo de todo un pueblo cuando en cada ser obser-vamos al expresión amistosa, el dejo aparen-temente indiferente pero atento al de venir, la actitud contemplativa que por encima de la tarulla, se pierde en un horizonte nostálgico, la alegría musical de sus bogas, la trashuman-te  que le canta al ganado para que la mujer que lo avista se sienta aludida y, por sobre to-do, observamos el fluir de las palabras carga-das de gracia, sabiduría y humor que van te-jiendo anécdotas sin que tengan nada presta-do. Todo lo da el entorno donde el bocachico recorre sus calles cuando el calor húmedo no le es extraño a la ciénaga y la fauna se aposen-ta sobre los patios que aprovechara Don An-tonio Paternina Olmos para surtirse durante todo un largo invierno que, al decir de su cónyuge Victoria Escaf, fue la única vez que tuvo su domicilio por detención sin el apre-mio de sus exigencias domesticas.
Las pocas ocurrencias que narra el anecdó-tico prosista, son apenas un muestreo de la riqueza cultural y musical que se parapeta en la mente de este pueblo resistente y feliz, donde jamás habrá una revolución, conside-rando las condiciones geofísicas que estructu-ran un individuo caracterizado por un geno-tipo que prefiere el romance, la carcajada, el agudo repentismo, el apunte aleccionador, la palabra salvadora, el gracejo, el galanteo, la música, la jocosidad y, en fin, las buenas ma-neras montadas en el lomo del humor como una de las fuentes más ricas para hacer del hombre un resultado sin resentimientos ni afanes por alcanzar la riqueza que, de pronto, la tenemos en nuestras manos cuando se rompe la monotonía con un cuento, anécdota o apunte que hace tan rico el momento o más, que un pozo de petróleo o una mina de oro que ni aun asociada con el mercurio hará que el sanmarquero permute su encanto  y desenfado por métodos donde todo vale para alcanzar los dudosos triunfos de revoluciones  que dejan marchitos los valores y la originali-dad de una comunidad que avanza paralela a las conquistas tecnológicas pero sin renunciar a su derecho a interpretar su medio con el arma del humor en una mano y su capacidad de alimentarlo en la otra.
Aliviemos entonces el impacto por la de-tonación de tanta  pólvora y desafuero moral con la lectura de sus “vivencias para el re-cuerdo”,  que el gran cronista de san Marcos nos ofrece como un oasis donde ya nadie quiere reír.

noctambula2@hotmail.com

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