Columna


Vivienda y populismo

DARÍO MORÓN DÍAZ

28 de abril de 2012 12:00 AM

DARÍO MORÓN DÍAZ

28 de abril de 2012 12:00 AM

El presidente Juan Manuel Santos anunció la construcción de cien mil casas para entregarlas, sin ningún costo, en los próximos años a las familias de los estratos uno, menos uno y a los sisbenizados. Desconocer los niveles de pobreza e inequidad en Colombia, sustentados  en las cifras suministrada por el Dane es una actitud insolidaria y antihumana. Para liderar este programa nombró en el Ministerio de la Vivienda a Germán Vargas Lleras y radicó en el Congreso la “Ley Reguladora de la Vivienda de Interés Social”. El gobierno tiene cuatro billones de pesos para cumplir esa finalidad; el costo de cada casa oscilaría entre los 38 a 40 millones de pesos.
Esta novedosa política social en materia de vivienda tiene antecedentes en otros países de Latinoamérica. En Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, durante su mandato promovió lo que llamó “Mi casa, mi vida”, programa con el cual construyó un millón de casas para los más pobres. De igual manera Manuel López Obrador, durante su período como burgomaestre de la ciudad de México (2000-2006) entregó de manera exitosa casas a los más pobres.
 La política social de Juan Manuel Santos, pone de manifiesto el compromiso social y el talante ideológico y filosófico del mandatario. El anuncio, obviamente, no fue bien recibido en los sectores más retardatarios del país; que combaten también otras ejecutorias del gobernante como la “Ley de Víctimas y Restitución de Tierras”. Los enemigos del gobierno sin la más mínima decencia intelectual tienen la avilantez de calificar esta novedosa política de carácter social como “populismo”. El presidente refutó en forma contundente,  a aquellos que aprovechan la prensa y la radio, para desprestigiarlo. Él afirmó que se trata de un acto “de responsabilidad social que a manera de equilibrio aprovecha el crecimiento económico del país”, y, en gracia de discusión, acepta el calificativo de “populista” a fin de seguir impulsando su programa social. Resulta evidente que en el caso del mandatario tal epíteto que intenta denigrarlo termina por enaltecerlo.
 Los programas de vivienda subsidiados fracasaron, en razón al grado de pobreza de los sectores deprimidos del país, tanto en el área rural como en la urbana, por carecer los mismos de capacidad de ahorro, para adquirir un terreno y construir una casa. Esa cruda realidad es la que deberían conocer y entender los enemigos de las políticas sociales, como  la  anunciada por  el presidente Santos: la  expansión de la riqueza con sentido social a fin de promover el bienestar ciudadano.
El ministro Vargas Lleras entrará en contacto con los gobernadores y alcaldes en las regiones donde existen esos cinturones de pobreza extrema para invitarlos a que pongan a disposición del gobierno las zonas y terrenos donde puedan construirse estas cien mil viviendas.
 Creemos que tanto el gobernador Juan Carlos Gossain, como el alcalde Campo Elías Terán desplegarán estrategias adecuadas para participar y aprovechar esa medida dirigida a los más pobres que así podrán beneficiarse con la novedosa política social del presidente Juan Manuel Santos.
 
*Ex Director de El Universal. Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina, de la de Cartagena y de la de Historia.
 
dmorond@gmail.com

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