Columna


Y tú, ¿quién eres?

ADOLFO GÓMEZ AGÁMEZ

08 de octubre de 2010 12:00 AM

ADOLFO GÓMEZ AGÁMEZ

08 de octubre de 2010 12:00 AM

Siempre nos hemos preguntado ¿cómo podemos definir a la personalidad depresiva? Y leyendo al Psiquiatra Español Enrique Rojas en su libro “¿QUIÉN ERES?”, nos enseña que es aquella forma de ser pesimista de sí misma y del entorno, con una tendencia a sentir displacer ante cualquier acontecimiento de la vida y cuyo ánimo está habitado generalmente por una mezcla de pesimismo, tristeza, aburrimiento y apatía, es lo que la gente llama en la calle una persona negativa. La personalidad depresiva es negativista, con tendencia a oponerse a los criterios de los demás, a esto también se le llama oposicionismo indirecto y atiende más a lo malo que a lo bueno, como si su mirada sicológica estuviera selectivamente inclinada a lo negativo y esto por consiguiente va fijando en estas personas un fondo cáustico, despectivo, distante, frio y muchos los califican como gente sin alma. Ahora bien, desde el punto de vista sentimental, la personalidad depresiva se muestra melancólica, falta de ilusiones y esto es grave si se tiene en cuenta que toda ilusión es el envoltorio de la felicidad, el tirón que tira la vida hacia delante. El descontento y la desilusión son, pues, una constante, incluso << contagian >> a los demás con su desmoralización, se trate el tema que se trate y por ello casi todo el mundo huye de ellos porque son siempre tachados de aguafiestas. Y si nos vamos a su forma de pensar, son incapaces de embarcarse en ninguna empresa ya que a priori (antes de suceder) piensan que todo saldrá mal y por ello prefieren la pasividad, el no hacer nada y su afectividad derrotista, les lleva siempre a adelantarse en negativo, yo diría que son miopes frente a la visión de la vida. Casi siempre expresan lo justo y muestran un escaso interés por lo que sucede a su alrededor y todo esto se amalgama en su interior dando lugar a una serie de vivencias subjetivas como bajo nivel de autoestima que incita a la lastima de quienes lo acompañan (a veces pienso que es una forma de manipular a los demás. Lo que me llama la atención del análisis del autor es que estos cuadros se confunden con una auténtica depresión y sólo lo confirmamos por la temporalidad de los hechos, es decir, si hay personalidad depresiva todo es desde el momento en que la persona tiene su comportamiento elaborado, o sea, desde casi siempre y en la depresión pura todo sucede y depende un momento concreto. El mejor tratamiento es hacerle ver, aunque le duela, que anda mal y que se le ayuda si colabora y para ello además del apoyo afectivo el tratamiento Psicológico es fundamental para ir cambiando poco a poco, lo importante es que quienes los tengan en grupos de trabajo o sociedades no se dejen influenciar mucho para que no se contagien de su terco pesimismo y derrotismo y muchas veces es mejor saltar rápido fuera de la barca antes que junto con El se naufrague y se fracase. ¡Ah! Y si en este cuadro encaja en ti o en alguien que tú conoces, recuerda que lo dicho por Andrés Rojas en su libro ¿Quién eres? es universal, por lo tanto tómalo como una simple coincidencia. *Dermatólogo a_gomezagamez@hotmail.com

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