Columna


Ya era tiempo

CARLOS VILLALBA BUSTILLO

06 de mayo de 2012 12:00 AM

CARLOS VILLALBA BUSTILLO

06 de mayo de 2012 12:00 AM

El Ministerio del Trabajo, por la disposición que dice tener el Gobierno de que se cumplan los compromisos laborales que tanto aplazaron la aprobación del TLC con Estados Unidos, ha pedido que se denuncien los hechos irregulares que vulneran derechos de los trabajadores y empleados excluidos de los beneficios colectivos. Ya era tiempo de atajar abusos y  resarcir injusticias.
Más que los atentados que se orquestaron contra los sindicalistas incómodos, la reforma laboral del Gobierno anterior fue otro crimen contra las organizaciones sociales. Argucias jurídicas presentadas como una política de fortalecimiento del sector solidario de la economía, resultaron óptimas para explotar, restrictivamente, la necesidad de trabajar de muchos colombianos, y para ello la contratación a través de cooperativas fue como la aparición de la virgen de Nuestra Señora de los Privilegiados.
Lo sabían los demócratas norteamericanos cuando le torcieron el cuello a la intención del gobierno republicano del señor Bush para seguir desplumando a los dos sindicalismos: el suyo y el de su socio Uribe. Por eso, ahora, las Administraciones Santos y Obama pactaron compromisos tendientes a garantizar justicia social en su país y en el nuestro. Remember: hizo un año el primero de mayo.
¿Lo conseguirán en las condiciones actuales de las dos naciones? Esta es la pregunta clave y de difícil respuesta.
Uno de los puntos críticos para los congresistas norteamericanos que han seguido de cerca el caso colombiano, fue el de que las cooperativas de intermediación laboral entorpecieron el derecho de asociación de los trabajadores y, a la postre, relevadas de su falsa misión, las entidades que las aprovecharon, públicas y privadas, se resisten a regularizar la situación de los trabajadores y empleados vinculados por ellas.
Dice el Ministerio de Trabajo que está recibiendo denuncias, tramitándolas y aplicando sanciones. Que lleva cuatro mil sancionados de veinte mil infractores. ¡Enhorabuena! Ojalá que no haya excepciones, y ojalá, también, que los perjudicados alcen la voz y que ni Pardo ni David Luna se crucen de brazos en caso de retaliaciones, entre otras cosas porque se sabe de acuerdos colectivos entre empleadores y trabajadores no sindicalizados violatorios de la ley.
De no haber sido por el interés sectorial de los empresarios en el TLC, los dirigentes de la contraparte, o sea los gringos liberales, pudieron forzar al país a reparar a los asalariados mal tratados por una ley injusta e insensata que, tramitada en 2003 dizque para que los industriales y los banqueros generaran más empleo, trajo como consecuencia más desempleo y más subempleo.
Pronto sabremos si la belleza que nos anuncian de más producción, empleo e ingresos con un TLC en plena marcha, es la verdad salvadora de un equilibrio social que no muestra todavía la cara mientras la economía crece al ritmo que lo hace. Eso de crecer con desempleo, altos niveles de pobreza, violencia y tensiones interminables entre capital y trabajo, lejos de resolver problemas, empeora las ñóñoras que no cicatrizan.
Tiritos. Por haber sido más sensibles socialmente los gringos demócratas –dijo Tarsicio Mora antes de dejar la CUT– perdí la presidencia. 

*Columnista

carvibus@yahoo.es

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