Columna


Ya es hora

LIDIA CORCIONE CRESCINI

18 de septiembre de 2012 12:00 AM

LIDIA CORCIONE CRESCINI

18 de septiembre de 2012 12:00 AM

“De que Cartagena se responsabilice de su tesoro más valioso, que es, además, su mayor atractivo turístico” El Universal Editorial 15 de septiembre-12. Sí ya es hora de que hagamos de esta ciudad un camino de progreso donde las órdenes emitidas por los funcionarios que la gobiernan estén hiladas y sean concertadas para el beneficio de la misma, no sólo en su parte física también en la parte humana de los seres que la habitan, teniendo en cuenta que lo valioso para el turismo es encontrar en esas construcciones históricas gente amable y con condiciones de vida mejoradas, que todos tengamos oportunidad de surgir, de estudiar, trabajar, gozar de servicios médicos, de transporte, de vías de acceso, de organización urbanística.
Ya es hora de que se piense en construir, edificar y no instigar con actos desatinados a las personas que por una u otra razón viven resentidos de esta ciudad por no encontrar el camino para sobrevivir, sobrevivir a las estafas, a las mentiras, al incumplimiento, al desorden, a los contratos con vicios del consentimiento, a la ausencia de cargos, a la ley del favorecimiento, a las cuotas políticas. Una ciudad que favorece a los del “mutuo compromiso” a la hora de hacer “democracia”, con el voto libre y no “prometedor de sofismas”.
A través de los diferentes medios se hacen las denuncias por las inconsistencias que aparecen a diario en la toma de decisiones de nuestros gobernantes, todos debemos participar del hecho de “Construir ciudad”, a pesar de poner los puntos sobre las íes, reaparece el fenómeno del fuero otorgado a la administración y siempre hay una respuesta para los hechos manifestados que no satisfacen nuestras expectativas como ciudadanos: excusas, presunciones, leyes rebuscadas por los eruditos acompañantes de los cargos públicos justificando los hechos “avalados por la misma ley”, exenciones y el tire y jala de la pelotica de ping pong, vemos pasar administración tras administración y lo poco que se logra en una se desbarata en la otra, porque siempre priman los intereses personales de los elegidos dejando a la ciudadanía sin opción a pesar de tantas evidencias.
La ciudad del fandango y la no responsabilidad, la ciudad de la rifa donde las boletas están compradas hasta el año 2020. Contratos prorrogados, como el de la recolección de basuras, sin haberse vencido, es una pequeña muestra de lo que está sucediendo, adueñarse de los recaudos actuando intencionalmente es la prueba de que a nosotros los ciudadanos nos pintan la cara y no propiamente de colores sino de carbón para que sigamos tiznando la apariencia y sigamos con el distractor apuntando hacia el hundimiento, hacia el caos, hacia la nada.
Estudios de factibilidad sobre las obras urgentes a ejecutar que le han costado a la ciudadanía millonadas, pasan de escritorio en escritorio sin que se tome la decisión “por falta de recursos”. Nos sentimos burlados, ultrajados, irrespetados, abandonados porque lo que estamos viendo en este momento es ausencia de autoridad en todos los aspectos. Somos las cometas de todo el año, a pesar de la lluvia o la falta de vientos seguimos sobrevolando porque no queremos hundirnos en el lodo ni ser devorados por la omisión de los que tienen el poder para resolver las cosas.

* Escritora

licorcione@gmail.com

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