Fue una inauguración sencilla, pero moderna y llamativa que cautivó a todos los asistentes al estadio Nacional de Santiago, en donde Chile le abrió las puertas a la Copa América y sus 12 naciones participantes.
El rojo en las tribunas, como era de esperarse, tiñó el estadio con el color que identifica al país sede. Alegría total y un sonoro grito de batalla: (Chi, Chi, le, le, le, viva Chile) acompañó el acto inaugural.
Las luces del estadio se apagaron y las pantallas y mostraron un video con un Santiago moderno, en el que un ciudadano que se dirige a trabajar estresado se encuentra con un balón, lo toma y empieza a dominar la pelota.
En el escenario central, el balón es recibido por el líder la agrupación Rapa Nui, quien coloca la pelota sobre el tótem, como un simbolismo de ese trofeo anhelado por los guerreros de la cancha.
Se escucharon tambores, la caracola y una voz con la que inició una danza ancestral tradicional de los guerreros de la chilena Isla de Pascua, que en la ceremonia denominada "El Corazón del Fútbol" representa la lucha que dan todos aquellos que pelean por esta preciada Copa.
Las pantallas también mostraron a un grupo de mujeres, mitad pájaros y mitad luchadoras, representantes de cada país participante; en el césped 24 bailarines realizaron un círculo, acompañados de un moderno juego de luces; luego sonó el himno de la Copa América y, por último, la mascota Zincha, junto a más de 50 niños, recorrió el estadio dándole la bienvenida a este gran evento futbolístico.
La fiesta inaugural fue cerrada con un impresionante despliegue de fuegos artificiales que tiñeron el cielo colores. Así se inició la fiesta de esta Copa.
