A la suerte hay que ayudarla y Colombia no lo hizo

Carlos Caballero
Viña del Mar, Chile
26 de Junio de 2015 11:54 pm

“Goico, Goico, Goico te metimos cinco, te acuerdas”, le gritó un colombiano desde una de las tribunas del estadio Sausalito de Viña del Mar a Sergio Goicochea, ex portero de la selección Argentina que hizo parte del histórico 5-0 a favor de la tricolor en 1993 durante las eliminatorias al Mundial de Estados Unidos.

El ambiente en las tribunas del estadio de Viña del Mar estaba caliente. Los hinchas Colombia y Argentina, grandes rivales de Suramérica y con el rótulo de favoritos para ganarse esta Copa, no dejaban de alentar a su selección en este crucial encuentro.

El marco era espectacular, la adrenalina se sentía en las graderías desde antes de iniciar el juego. Los colores amarillo, azul y rojo decían presente, pero el blanco y azul cielo también se veía en gran cantidad.

Al anunciar por el autoparlante que Jackson Martínez iba como titular, los aficionados gritaron, en señal de apoyo, el nombre del nuevo jugador del Atlético de Madrid. En él depositaban gran parte de la confianza para poder cantar los goles en esta ocasión.

Una ovación grande se escuchó también cuando nombraron a Messi. Los argentinos querían ver al 10 del Barsa y su magia, esa que había brillado por su ausencia en esta Copa.

Y llegó la hora del partido, rodó el balón, el que perdiera se iba del certamen, la tensión se sintió desde el pitazo inicial en las tribunas y esa era la clara muestra de que los tiempos en que Colombia era la cenicienta ante Argentina ya habían pasado.

Entonces, los colombianos sufrieron y apretaron los dientes los primeros 45 minutos, en donde Argentina dominó el partido a su antojo. Los rostros de preocupación, desazón y tristeza, tras la mala presentación de la tricolor, no hacían presagiar nada bueno. Los cánticos, con el paso de los minutos, fueron cesando. El apoyo del jugador número 12, por pasajes, no era el mismo.

En la otra orilla, los argentinos eran felices, no se cansaban de alentar a un equipo que los representaba dignamente y estaban seguros que en cualquier momento cantarían un gol de su selección. Pero los primeros 45 minutos no dejaron goles.

Desesperados, los hinchas colombianos comenzaron a corear: “Tigre, Tigre, Tigre”, pidiendo el ingreso de Falcao, ese que muchos de ellos dijeron no alinear en este juego.

El dominio de Argentina no fue el mismo de la primera mitad y eso hizo que la ilusión fuera despertando a medida que pasaban los minutos en el complemento. La esperanza seguía viva, los gauchos, de alguna forma, comenzaban a flaquear.

Colombia puso el cerrojo con Ospina, la bola nunca entró. Pasaron los 90 minutos, más cuatro de adición, el juego terminó así y vendrían los penales.

Se pensó que la suerte que acompañó a la tricolor en todo el partido seguía desde los doce pasos. Miles de colombianos hicieron fuerza porque los disparos fueran efectivos y Ospina atajara uno que otro para celebrar.

Pero Muriel, Zúñiga y Murillo erraron por Colombia, mientras que por Argentina Biglia y Rojo. La serie terminó 5-4 a favor de Argentina.

Los gauchos celebraron con entusiasmo. Cantaron los nombres de sus jugadores una y otra vez. Jolgorio total.

La eliminación golpeó los corazones de los colombianos. Llanto en las tribunas, se apagó la ilusión, se fue su selección amada de la Copa. Y quedó una sensación en el ambiente: a la suerte hay que ayudarla y Colombia no lo hizo.