Teófilo Mercado Carriazo le consagra doce horas al día a su mayor pasión: la danza, en su barrio Olaya Herrera.
Dirige Danfroc (danza afro contemporánea), que presentará este jueves a las 7 de la noche en el Teatro Adolfo Mejía, su espectáculo En silencio, un mundo de inocentes, una obra suya, basada en más de medio siglo de guerra en los Montes de María, que aborda desde la danza el conflicto vivivido en la región, los desplazamientos, las violaciones a derechos humanos, los otros silencios surgidos desde la opresión, el terror y el miedo.
Para representar el territorio utiliza una silla que es la metáfora de la disputa de los contrarios, tras el delirio del poder. La mesa es la representación de la posibilidad de reconciliación y reencuentro humano.
Su pasión empezó desde niño de la mano de su madre, Gilma Carriazo Pérez, ama de casa, y la danza se convirtió en su proyecto de vida.
“La obra es narrada por niños y niñas para los adultos”, precisa Teófilo Mercado Carriazo, quien ha estado vinculado a diversos grupos como Calenda Getsemaní, Ekobios, Afrobatata, Compañía Permanencia, entre otros.
Y ahora al frente de Damfroc, con más de un año y cuatro meses de intenso trabajo, ha logrado preparar a una legión de niños y niñas del barrio, y ser invitado como compañía de danza a Macondo Fes Caribe, en septiembre en Roma.
Su compañía se ha presentado en la Universidad Javeriana, en la Biblioteca Virgilio Barco, en el Centro Cultural García Márquez, entre otreos.
Para su deseo de ir a Roma, cuenta con el apoyo de su comunidad de Olaya Hererra, los padres de los niños que están felices con esta oportunidad de representar a Cartagena, el apoyo de Joyce Moreno, Catalina Vela, y los aliados visibles e invisibles que han apoyado su espectáculo el jueves en el Teatro Adolfo Mejía.
“La danza tradicional tiene sus parámetros, y hay una manera de llegar a ella, mientras que la danza contemporánea es más libre, y puedes expresar y narrar lo que sientes”, dice.
Los pies de los niños y las niñas se deslizan por el aire caliente del patio de la Acción Comunal de Olaya Herrera, sector Rafael Núñez, donde practican cada día, para su espectáculo.
Son los niños Eneidis, Sharif, Roxana, Eva, Angier, Alfredo, Natalia, Geraldine, Jacquelin y María Candelaria.La danza es el antídoto artístico que tiene el barrio Olaya Herrera para encarar sus conflictos y encrucijadas sociales.
Teófilo apuesta a ella.
El artista es un creador
“Los espacios para el arte en Cartagena, son limitados”, dice Teófilo Mercado Carriazo, director de Danfroc, quien presentará un espectáculo de danza contemporánea en el Teatro Adolfo Mejía.
“El artista es un creador, no un productor. Muchas veces en la búsqueda de recursos para cumplir un sueño artístico, el creador se desgasta, y puede afectar su propio trabajo estético. Pero antes de quejarnos, creo, que hay que mostrar un buen producto. Sensibilizar audiencias, crear nuevos públicos. Un día un periodista en Barranquilla se acercó al final del espectáculo, y no le salían las palabras porque se fue en lágrimas.
Cuando ensayamos en las calles de Olaya Herrera con los niños, el arte se convierte en antídoto contra la prostitución, la drogadicción, el pandillismo y las fronteras invisibles.
Abre la posibilidad de una mejor convivencia y una mejor relación entre los vecinos.
Trabajo en un espacio reducido. Nuestro sueño es tener nuestra propia sede en Olaya Herrera”.
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