García Márquez es el prestigiditador más grande del mundo, cuya magia no se agota, después de su muerte.
Lo que ocurrió la noche de este miércoles es una prueba de que está aún más vivo que nunca: la celebración de los veinte años de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano que creó hace veinte años, una lección de su vigencia y de su arte de contar. Jaime Abello, el capitán de la fundación, junto con su equipo es el artífice de esta fiesta de celebración del Gabo periodista que diseñó sus novelas y cuentos con el mismo rogor de reportero, con la exactitud de lo vivido y lo imaginado. En el patio del Centro de Formación de la Cooperación Española se desarrolló un coloquio que partió del 21 de mayo de 1948 en el que el joven García Márquez de 21 años escribió la primera columna periodística de su vida en El Universal.
Juan Gossaín dijo que aquí empezó su vida de reportero cuando fue a cubrir la noticia de unos policías que dispararon contra unos campesinos en una procesión de la Virgen del Carmen el 16 de julio, y el reportero dijo en su nota escueta y magnífica que los policías al disparar contra la procesión hirieron a quince campesinos, entre ellos, a la virgen. Alberto Salcedo Ramos dijo que siempre “vi a Gabo como un mago enviciador. Y me fascinó el poder de apropiación de su palabra”.
El Mago Guillermo Dávila que le propuso a Gabo hacer el periódico más pequeño y breve del mundo que se llamó Comprimido ( 24 pulgadas y 4 páginas), deslumbró a la audiencia con el testimonio de haber sido protagonista del único periódico escrito y dirigido por García Márquez que solo circuló durante seis días en 1951, y se agotaba al atardecer por las calles y plazas de Cartagena. Era gratuito y se sostenía con los pocos anuncios que conseguía el Mago Dávila hasta arriesgar sus propios recursos.
El Mago Dávila es el único linotipista viviente de El Universal, que solía hacer actos de magia en el diario cartagenero como hacer desaparecer una plancha lista para ser impresa en el sistema de plomo fundido. Dávila confesó ayer que el verdadero mago de la palabra era García Márquez, aquel muchacho que a sus veintidós años sabía quién era y hacia dónde quería llegar en la vida.
El segundo acto de la noche fue estremecedor por lo sublime: el homenaje a Germán Mendoza Diago, por más de tres décadas de abnegada consagración como periodista y la aparición de su hermosísimo libro La vida, una crónica fuera de serie, publicado por El Universal, que recoge una muestra antológica de sus crónicas. Jaime Abello entregó a Germán Mendoza Diago una foto enmarcada del equipo inicial de la fundación de García Márquez de la que él forma parte del equipo fundador. Juan Gossaín se refirió a las virtudes humanas y periodísticas del homenajeado. El libro fue presentado por el director de El Universal Pedro Luis Mogollón. Las sorpresas del legado de García Márquez se han multiplicado en Cartagena.
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