Hay muchas razones y motivos para celebrar y homenajear al poeta Juan Manuel Roca. Una de ellas es porque es uno de los mejores poetas de Colombia y de Hispanoamérica. Un gran poeta como él que no cesa de deslumbrarnos con el prodigio de su palabra, su fino humor, la reinvención inusitada de la imagen visual y el poder inolvidable de su metáfora. Es además de su alma artística, un gran ser humano , inmenso, transparente y entrañable. Su sola presencia ilumina el paisaje por donde pasa. El escritor Efraim Medina Reyes sedujo al auditorio del Teatro Amira de la Rosa en el Carnaval de las Artes, al pronunciar las palabras de homenaje al poeta en el Carnaval de las Artes. Contó que siendo un muchacho enamoró a su novia con poemas de Roca, y no se salvó de la suplantación porque la muchacha era una buena lectora y dio con Roca en la biblioteca. Lo cierto es que lo bueno y maravilloso se esparce como las semillas aladas y no es de extrañar que la espléndida poesía de Roca acompañe a diversas generaciones de colombianos desde la aparición de su primer poemario en 1973: Memoria del agua. Uno encuentra sus poemas escritos en lugares impredecibles: muros, escaleras, baños, bosques recién descubiertos, pero sobre todo, en la memoria sensible de muchos colombianos. Hay más paisaje que país entre nosotros, ha dicho Roca en Barranquilla.
No me canso de leer libros suyos tan bellos y deslumbrantes como “Luna de ciegos” (1975), “Los ladrones nocturnos” (1977), “Señal de cuervos” (1979), “País secreto”(1987), “Ciudadano de la noche” (1989), ”Pavana con el diablo” (1990), Antología Poética publicada por Félix Burgos de 1983; “Cantar de lejanía”(Antología personal) , publicada por el Fondo de Cultura Económica en 2005, con prólogo de Gonzalo Rojas y epílogo de Manuel Borras. Su “Biblia de pobres” (IX Premio Casa de América de Poesía Americana), “Testamentos”(Norma, 2008),, “Pasaporte del apátrida”(Pre-Textos, 2011).
Al igual que en su poema Arte poética, Roca nos devuelve el misterio que habita en cada cosa y la música que susurra en el alma del paisaje. Ha forjado a lo largo de cuatro décadas de escritura poética un mapa emocional de resonancia universal. Toca lo cercano y lo lejano con singular e inquietante intimidad.
La suya es una de las voces personales de la poética continental merecedora con grandes méritos probados y navegados en más de quince libros al Premio Nobel de Literatura. Ha sido traducido al alemán, francés, surco, neerlandés, ha ganado premios internacionales como el Premio por reconocimiento José Lezama Lima (Casa de las Américas, 2007), Premio Casa de América de Poesía Americana (Madrid, 2009), Premio Ciudad de Zacatecas (México, 2009). El poeta Gonzalo Rojas dijo de Roca: “Poeta mío entre los míos, lo que más celebro en él es la fiereza, esa amarra entre vida y poesía que llega a lo libérrimo, el tono, el tono, como dijo Vallejo, el epicentro de decir el Mundo”. En el vivir y el decir busca siempre el lado inesperado y sorpresivo: la gota de magia en cada sílaba.
Señal
Es uno de los poetas emblemáticos de esta época. Juan Manuel Roca canta a la libertad, el silencio, el amor, la muerte, la noche, el agua, el país desde sus paisajes humanos, urbanos, el universo y la nada.
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