Glenda Vergara Estarita
Especial para El Universal
El Premio Nobel Le Clézio deslumbró a los asistentes de Hay Festival por su luminosa sencillez, destacó el poder de las micro historias que seducen al lector.
Lo que se presenció anoche en el Teatro Adolfo Mejía, fue un emotivo homenaje que el Nóbel francés 2008, Jean Marie Gustave Le Clèzio, volvió a hacerle a los pueblos prehispánicos y a su valiosa cultura indígena. En conversación con Juan Villoro, ese audaz periodista y escritor mexicano, confió lo que debió ser el origen de ese interés por el pasado remoto de nuestro continente. Cuando tenía quince años, dijo, le pregunté al profesor de filosofía por qué siempre se impartía conocimiento sobre la de los griegos y la de los orientales, y no sobre la filosofía de Mexico y otros países centroamericanos y sudamericanos. El profesor le respondió: porque ellos no tienen sino mitos, leyendas, supersticiones y eso no es filosofía. A partir de esa vivencia se interesó aún más en el conocimiento de esos hombres y mujeres que la civilización deformó. Estuvo en Panamá, en Colombia, y conoció de curanderos y seres pacíficos. Villoro lo denominó el novelista de la resistencia creativa en una literatura que habla de genocido y violencia.
Sobre la escritura tiene sus propias fórmulas. Uso la memoria, dice, la de mi esposa, la de mi suegra, y la histórica. Pero la novela debe ser la espuma de la realidad. Define la escritura narrativa como una obra manual. Uno usa cosas, muchas cosas, y luego las somete a un proceso de transformación, dice. A este hombre que quiere a nuestra remota historia le debemos comenzar a leer como lo hacen en Europa. ¿Por qué? Ya lo dijeron en Estocolmo: "Es un explorador de una humanidad más allá y por debajo de la civilización reinante".
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