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Este es el manual para aprender el arte de la seducción

COLPRENSA

19 de agosto de 2013 04:03 PM

Ríe antes de responder una de las primeras preguntas de la entrevista: ¿Qué tan buen seductor es usted que se atrevió a escribir un libro sobre seducción?

A renglón seguido, el sicólogo y máster en sexología clínica y terapia de pareja, el argentino Ezequiel López Peralta revela que esta temática era una asignatura que tenía pendiente, porque de adolescente no le iba bien con las mujeres, ya que se sentía tímido e inseguro, pero estudiar sicología y permanecer rodeado por sus compañeras de la facultad, lo hizo vivir una suerte de entrenamiento y al cabo de unos meses “empecé a desarrollar habilidades que tenía ocultas y el tema de la seducción me interesó mucho más porque me empezó a ir bien”.

En 2004, ya como terapeuta, comenzó a notar cómo muchos pacientes, sobre todo varones, querían mejorar su capacidad para la conquista, así que decidió crear un grupo de autoayuda en relación con la seducción. Le empezó a ir tan bien que pronto dictó cursos en toda América Latina e incluso España, por eso se dedicó más a estudiar el tema profesionalmente.

Además, ha escrito libros sobre seducción. En ‘Erotismo infinito’, el que está presentando por estos días, toca esta temática en uno de sus capítulos, pero el próximo texto, ‘El Arte de los seductores’, que publicará en febrero, lo dedica por completo a este tema.

Desde Ecuador, donde se encuentra promocionando su libro ‘Erotismo infinito’ habló para El País y, como primicia para este diario, aceptó adelantar algunos de los aspectos que desarrollará en ‘El Arte de los seductores’, libro que está aún por imprimir. Aquí, el resumen de esta charla:

1. Seducir se aprende

Ante todo, hay que tener en cuenta que la seducción es un proceso que usualmente se da entre dos personas y lo que se busca con él es generar la atracción del otro, transformarla en deseo y propiciar un acercamiento. Ser un seductor no significa ser un modelo estereotipado establecido por la sociedad (cual galán de cine o modelo de televisión). Implica aprovechar las cualidades que tenemos, explotarlas, potencializarlas al máximo y a partir de ahí, ser una excelente versión de nosotros mismos, con la cual nos sintamos cómodos, confiados, seguros.

Existen ciertos mitos con relación a la seducción que, definitivamente, hay que eliminar. Uno de ellos, es pensar que para seducir tenemos que ser lindos. Esto es falso, pues existen personas muy seductoras que no son bonitas. La belleza, claro, ayuda, pero no es una condición necesaria para seducir.

Otro mito es creer que uno no puede ser seductor. Hay personas que, creyendo no servir para conquistar, de repente descubren ciertas habilidades para la seducción y empiezan a ser seductoras, ya que la seducción es un arte que se puede aprender.

Otra creencia falsa es pensar que para seducir hay que ser joven. Hay gente madura que seduce no por su físico, su belleza o su imagen, sino con carisma, inteligencia, creatividad.

2. Use lo que tiene

Hay ciertas características de personalidad que resultan muy atractivas para seducir. Entre ellas:

El sentido del humor: llaman mucho la atención las personas que aprenden a reírse de sí mismas, que convierten sus defectos en virtudes, que dan la sensación de tener una autoestima muy alta.

Seguridad: Para mostrar seguridad en ti mismo, dice el sicólogo Ezequiel Peralta, primero tienes que gustarte: “Una persona puede ser muy bonita, pero si no se siente así, piensa que el otro le está mintiendo. Entonces, lo fundamental para lograr atraer es que te sientas como una persona atractiva, que sepas potenciar tus virtudes. Si tienes un buen tono de voz aprovecha esa voz para seducir; si tienes una buena imagen, aprovéchala para llamar la atención”.

Capacidad de liderazgo y habilidades sociales como hacer sentir bien al otro, escuchado, importante para ti, son otras de las características.

3. Estilos para seducir

Intectual: propio de la persona que seduce a partir de la inteligencia, de saber mucho, de tener capacidad para el análisis, la reflexión y desarrolla una imagen relacionada con esto: usa anteojos, barba (en el caso de los hombres), un buen bolígrafo, cierto tipo de ropa. En fin, despierta admiración por el conocimiento.

Carismático: seduce por su forma de ser, entra a un lugar y llama la atención, todo el mundo quiere acercársele, conversar con él o ella. Usa sus habilidades sociales: para saber escuchar, requerir lo que necesita, para decir que no; es bueno para resolver conflictos y comunicarse efectivamente.

Erótico: a partir de la imagen seduce: por su cuerpo, su estatura, su contextura física, su forma de caminar, de mirar, de hablar, bailar.

4. Recursos para la conquista

Los recursos para la conquista tienen que ver con el estilo de seducción de cada quien. El intelectual tratará de deslumbrar con sus conocimientos, sus viajes o los libros que leyó. Es decir, la seducción es un juego en el que vamos intercambiando señales, en el que trato de mostrarle al otro que yo tengo lo que él quiere. O sea, “cual pavos reales, mostramos nuestras mejores plumas”.

Para romper el hielo cuando queremos acercarnos a alguien podemos valernos de piropos, cosas graciosas o ciertas situaciones. Tenga en cuenta que un piropo tiene que ser ajustado a la persona y en el momento apropiado. No le va a decir a una mujer que tiene una desviación en la mirada, ‘qué lindos ojos tienes’.

Recuerde que ayudan frases como “me encanta el color de tus ojos, me gusta tu elegancia al caminar, qué perfume tan rico tienes”.

Cuenta López que hay que aprovechar, además, algunas situaciones, como lo hizo él, una vez, al llegar al aeropuerto de Buenos Aires, cuando le llamó la atención la mujer que estaba a su lado. Como iba tan cargado de maletas y más cosas, hizo caer su chaqueta y ella se la levantó y se la entregó. Luego del intercambio de miradas, le preguntó dónde había un teléfono, “porque le dije a mi mamá que si alguna vez me enamoraba la iba a llamar inmediamente, ella se río y alli nació una relación muy bonita”.

Otras estrategias

Lo ideal: Piense en los recursos que maneja para la seducción: los del estilo intelectual, los del carismático o los del erótico. Lo ideal sería mezclar de forma integral herramientas de los tres estilos.

Analice, además, sus atributos fuertes para potencializarlos y en qué debe mejorar: su forma de vestir, el maquillaje, si tiene que mostrar más una parte de su cuerpo.

Lenguaje corporal: Gestos, mirada, tono de voz, postura comunican mucho. Es importante transmitir seguridad, por ejemplo, con la postura corporal, que sea de relajación, lo más natural posible, que no se vea impostada.

Pero si se siente nervioso es bueno que lo diga: “me gustas tanto que me pongo nervioso a tu lado”, ya que cuando un defecto uno mismo lo pone en evidencia termina en virtud.
Acompañe su discurso con movimiento de manos. Que el otro vea que estas no tiemblan, que usted está tranquilo.
Señales de intención: Si toca la mano al otro o la rodilla como quien no quiere la cosa, mire cómo reacciona. Si lo hace de manera rígida no le gustó o no era el momento. Si usted toma la mano de esa persona y ella la suya es señal evidente de que puede seguir avanzando en el juego de la seducción.

Triada sensual: Voz, mirada y sonrisa, tres aspectos que por son muy seductores. Use una voz sensual para que el otro sienta que lo está acariciando, con tono pausado, con inflexiones, que no sea monótona. Con la mirada muestre sus intenciones. Y sonría mucho, esta actitud facilita el acercamiento con el otro.

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