Por: Beatrice Obando-Especial para El Universal
Una orquesta sinfónica es una agrupación que combina de manera armoniosa todos sus instrumentos para lograr un perfecto equilibrio en donde se mezclan los sonidos de cuerda, viento y percusión bajo la batuta de un director, quien produce junto a los músicos la magia: Música en todo su esplendor. Bastaban unas cuantas palmas del director invitado Federico Hoyos o de la directora asistente, María Camila Barbosa, para que los jóvenes se acomodaran en sus lugares antes de iniciar los ensayos.
La escena
Lupe, Lennin, Daniela, Luisa, David Alejandro, Paula, Irene, Sebastián y David Robinson toman el violín, mientras Ronny, Cristian, Jair y Juan Carlos toman la viola. Cuando se terminan de incorporar cuerdas con Daniel y Josué en el contrabajo, y Diego, Danny y María Fernanda en el violonchelo, empieza el proceso de afinación. Lennin, primer violín, se encarga de liderarla y con un gesto les hace saber que todo está bien, afinado y dispuesto para que ingresen los demás instrumentos. Entonces entran los vientos: María, Richard, Luis, César y Jairo afinan delicadamente sus clarinetes y Marcos junto a Fredy, el músico invitado más joven de la orquesta, agarran su trompeta. Al mismo tiempo se escucha la flauta traversa de Gregorys, Ricardo Javier y Nikolás, y la fuerza del trombón de Cristian David y Joaquín; pero aún falta el corno de Mairo y Alexa, el fagot de Ciro y Faber, y la percusión de Raúl y Nicolás, para que el primer núcleo constitutivo de la Orquesta Sinfónica de Cartagena, con invitados y becarios de Clases Magistrales, esté completo en este ensayo.
“Conga del Fuego, un, dos, tres ¡vamos!”, indicaba el director, y los chicos con mucha coordinación y precisión empezaban a interpretar la que sería la pieza emblemática de la orquesta, una composición alegre y rítmica del maestro Arturo Márquez que mostraron en su primera presentación el 11 de enero en el Puerto de Cartagena. Luego de unas pocas correcciones y muchas horas de ensayos los jóvenes músicos, exhaustos pero emocionados por salir al escenario, se vistieron de gala y se prepararon para tocar ante el público. En ese esperado concierto, donde hicieron su debut, compartieron escenario con Renato Borghetti cuarteto y el trío Salque-Peirani-Strouk; allí, la fusión del acordeón con el resto de instrumentos logró sonidos sorprendentes, mientras, en su segunda presentación, algunas piezas de Offenbach y Porro de Suite Colombiana sonaron armoniosos bajo la inmensa luna cartagenera y la majestuosa arquitectura de la Iglesia San Pedro Claver. En ambos conciertos, la agrupación se presentó en compañía de becarios provenientes de diversos conservatorios y facultades de música del país, como parte de un intercambio enriquecedor con otros jóvenes músicos.
Sigue estructurándose
En este contexto es de destacar que Cartagena de Indias ha sido testigo de muchos e importantes intentos e iniciativas que han tenido maestros cartageneros por crear una orquesta sinfónica consolidada y robusta de la ciudad. Esta naciente Orquesta, que sigue en un proceso abierto de estructuración, no hubiera sido posible sin el esfuerzo ni la dedicación de los distintos docentes, instituciones e individuos que históricamente han trabajado por formar a generaciones de músicos en Cartagena.
La undécima edición del Festival fue la primera ventana para visibilizar los meses de preparación del primer núcleo de esta actual agrupación, que se ha constituido como un proyecto de largo alcance, impulsado por la Alcaldía Mayor de Cartagena de Indias y el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena, con apoyo de RCN y la Fundación Puerto de Cartagena, y la administración de la Fundación Salvi. A estas instituciones, a los directores invitados y a los talleristas, se suma el empeño de muchas personas y organizaciones de la ciudad que en esta edición del evento contribuyeron a unos resultados exitosos para la Orquesta.
El primer núcleo constitutivo de la presente Orquesta Sinfónica de Cartagena ya terminó sus presentaciones en el XI Festival de Música. Ya pronto vendrá un nuevo ciclo. Los jóvenes guardan sus instrumentos de metal y madera, y los sostienen junto con sus anhelos sinceros, bondadosos y repletos de ganas de convertirse en ejemplo para futuras generaciones de músicos que se encuentran en formación. El sueño se sigue cumpliendo.
¡Que perdure la música!
Durante la undécima edición del Cartagena Festival Internacional de Música, evento que clausuró el pasado 16 de enero, la periodista Beatrice Obando compartió varios días cerca a los jóvenes del primer núcleo constitutivo de la Orquesta Sinfónica de Cartagena. Estas son algunas de sus memorias.
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