Periodistas en el Festival del Premio GGM dan tips para hacer llamativo un texto

Algunos de los invitados internacionales más relevantes del Festival del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo, que se celebra en Medellín, explican cómo definen sus historias y cómo hacen para que los lectores no puedan dejar de leerlos.

La mayoría evade las fórmulas. Es más, los periodistas más consagrados del continente insisten en que no tienen ninguna. Pero la verdad es que todos siguen un método, asumen las pesquisas de una forma determinada y muy personal, e indagan según un sexto sentido que siguen como sabuesos hasta que desentierran finalmente las historias.

“Mi primera aproximación a un personaje es con el radar encendido y con la flexibilidad de querer solamente conversar. Llego con mucha información previa, pero en una actitud laxa. Simplemente quiero plantar una semilla para seguir avanzando, pero siempre alimentada por una curiosidad insaciable”, confiesa la periodista y cronista argentina Leila Guerriero.

Dorritt Harazim, la periodista brasileña ganadora del reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabriel García Márquez, asegura que luego de haber escrito por la adrenalina pura de la reportería y de haber vivido el glamour de la corresponsalía de guerra, ahora sigue “un método más sencillo y práctico: trato de innovar y no repetirme. Escribo de cosas nuevas para aprender de ellas. Si no hago eso, no doy lo mejor de mí porque quien no indaga, no aprende. Los periodistas somos engreídos y creemos saberlo todo, y yo no quiero saberlo todo. Quiero aprender para contar”.

Otra colega brasileña, Sylvia Colombo, corresponsal y editora del diario Folha de Sao Paulo, ha elegido contar historias que mezclan lo político con lo cultural según la tradición básica del periodismo. “Fui criada con los principios de independencia de Folha de Sao Paulo. Y me ciño a eso. A pesar de que la subjetividad siempre aflora en todas las historias, busco los dos lados de cada tema que narro. Luego, es solo elegir los temas me encantan para contarlos de la mejor manera posible”.

Uno de sus notas elegidas es muy cercana a los colombianos: llegó al país para narrar cómo vivían los locales el encuentro de fútbol en el Mundial contra la selección de Brasil en 2014. “El país estaba dividido entre el pesimismo y la emoción, tanto por las elecciones presidenciales como por el fútbol. Los viajes me permiten ver, por ejemplo, que cada país tiene sus obsesiones: Allá nadie se fijó en el gol de Yepes. Acá, todos lo recuerdan”.

Jeff Jarvis, profesor estadounidense de la City University de Nueva York y director del Tow Knight Center para el emprendimiento periodístico, afirma por su lado que llegó al periodismo por casualidad, pero que ha entendido que hay una pauta vital en lo que hace ahora: “Pienso que debe ser rentable. Que debe aprovechar las herramientas de las nuevas tecnologías para hacerse sostenible, más allá de la publicidad, e incluso reinventándola. Reinventarse siempre porque estamos igual que en el momento en que Gutemberg inventó la imprenta: a punto de descubrir cuál será el futuro”.

Algo más sencillo piensa Carlos Manuel Álvarez, narrador y periodista cubano: “Yo no conceptualizo ni aconsejo. Lo básico para ser un buen reportero es leer mucho y escuchar mucho. Llevar adelante la historia y nada más. Y tocar todos los temas para huir de las etiquetas”. Para él, las grandes historias no necesariamente surgen en los países con mayores complejidades o en crisis. Están en todos lados. Incluso, es más difícil ser periodista en América Latina que en otros destinos, según cree: “Hacer periodismo en Cuba es tan difícil como en cualquier otro país. Para el que comienza a contar, todo siempre es un terreno baldío”.

El sacerdote Alejandro Solalinde, por su lado, tiene claro algo para los periodistas. Él, que ha denunciado la desaparición de 43 estudiantes en Ayotzinapa, en México y luchado por los derechos de los migrantes, dice que las mejores historias surgen “cuando dejamos de pensar en nosotros o en los que ya no están y pensamos en hacer una sociedad mejor para los que vienen. Los que vivimos debemos construir una esperanza mayor para las nuevas generaciones”.