Gracias a su amplio recorrido y su original estilo conceptual, el artista bogotano Miguel Ángel Rojas fue uno de los invitados a la primera Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Cartagena. Sus 68 años se esfuman ante la energía y visión vanguardista de la vida. Una conexión que logra con quienes admiran su obra y quienes se pierden en el impacto de la realidad cartagenera que plasma. La belleza y la fealdad de dos mundos que pretenden ser uno solo, mientras se arrastran, al punto de querer invisibilizarse.
La obra que Miguel Ángel expuso en la Biaci, se basó en un trabajo previo donde un piso urbano se trabajó con tierras del campo, en el intento de reflejar el desplazamiento forzado. El encuentro de dos mundos distintos, y la técnica al pastel, se replicaron en esta obra “Unas de cal, otras de arena”. Una completa ambientación donde todo el espacio fue incluido y un salón del Museo de Arte Moderno fue dedicado a la antítesis de la ciudad, a través de la fusión de materiales. El título, “Unas de cal, otras de arena” da cuenta de lo diferente. La obra se materializa en un piso completo tallado a mano, con una técnica impecable donde la arena, la sal, la cal y el oro, lograron engañar a más de un espectador.
“Los baldosines utilizados tienen un diseño antiguo, bastante usado acá en Cartagena, en las casas señoriales y que tiene un origen egipcio que data de antes del siglo XIII” anota Miguel Ángel. El diseño desde cualquier perspectiva se nota fresco y moderno.
Con materiales de la región, el artista le dio forma a un minucioso y espléndido trabajo. La base del piso era de arena de playa.
El diseño se complementó con cal, por ser uno de los elementos usados en la fachadas de las casas coloniales en Cartagena y con sal, pues para el artista la historia del Museo de Arte Moderno también estuvo implícita en la obra.
“Es muy interesante porque este museo fue un depósito de sal, y esta obra, de valores y contrastes, se sumerge en la época de la colonia y la precolombina, donde la sal era un elemento tan costoso como el oro”. Con hojillas de oro de 24 kilates incrustadas en el diseño, se logró un proceso semi gráfico.
Con una base en sal, se instaló el oro, que representa en la obra, la acumulación de riquezas. El espacio dispuesto para la ejecución del trabajo de Miguel Ángel fue un salón de paredes de ladrillo corrugadas, cuya erosión le dio la mano al producto final. “El piso de baldosines refleja la historia de la colonia, lo señorial, la riqueza”.
Wilger Sotelo, artista cartagenero, ayudó a Miguel ángel en su obra con un video que, paralelo al piso mostraba un recorrido por los barrios vulnerables de la ciudad. La superficie pedregosa, arenosa y descuidada de los espacios que captó la cámara oculta en aras de visibilizar el contraste en La Heróica, alejaban la vista del artista y el espectador de los grandes edificios, la riqueza y el desarrollo de los sectores exclusivos de la ciudad.
“Lo que impacta de Cartagena son los contrastes tan dramáticos de la ciudad; hay mucha riqueza al tiempo de una pobreza extrema”.
El artista Miguel Ángel Rojas afirma que ama a Cartagena, y se le nota cuando habla del calor de su gente y de los brazos que se extienden al momento de engalanarla con arte. Tal y como sucedió estos últimos dos meses.
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