Campeón en Boston en 1968, el estadounidense Amy Burfoot no pudo terminar el maratón el año pasado por el doble atentado que dejó 3 muertos y 264 heridos. Pero este lunes volvió a correr y cruzó la meta en una declaración de amor al público de su prueba favorita.
"Gracias fanáticos del Maratón de Boston por sus 118 años de apoyo a todos los corredores, veloces y lentos. Sin ustedes, el maratón no sería la increíble carrera que tanto queremos", escribió Burfoot, de 67 años, en una pequeña tarjeta de la que imprimió 200 ejemplares para entregar a los espectadores a lo largo del trayecto.
"Hice 200 pero debería haber hecho 2.000. Sabemos que fue el pueblo de Boston, fans y espectadores los que murieron el año pasado, no los corredores. Nos sentimos todos tan tan mal por lo que ocurrió a la gente de Boston que queremos agradecerles este año por ser tan fuertes y estar curando a la ciudad. Queremos ser parte de ese proceso de curación", afirmó en una entrevista a la AFP.
Para Burfoot, Boston (Massachusetts, noreste) está íntimamente vinculado a su carrera como maratonista. Aquí debutó en 1965 y aquí ganó en 1968 cumpliendo su sueño.
"Boston fue mi primer maratón en 1965. Eso fue hace 49 años. Para mí Boston es la tierra prometida, el lugar en el que siempre quise estar. Fue mi primer maratón y será siempre mi maratón favorito", contó emocionado.
En las últimas décadas volvía cada cinco años para correr en celebración de ese triunfo. El 15 de abril de 2013 estaba a un kilómetro de la línea de llegada cuando estallaron las bombas artesanales presuntamente fabricadas por los hermanos de origen checheno Dzhokhar y Tamerlan Tsarnaev.
"No sabíamos lo que estaba pasando cuando fuimos frenados a un kilómetro de la línea de llegada. Fui uno de los 5.000 que fueron detenidos y a los que se dijo 'váyanse'", recordó, precisando que se enteró de la tragedia en pocos minutos por un llamado de su mujer que, muy asustada, le pidió que se fuese de inmediato al hotel.
"A título personal no tuve miedo, no vi ni oí nada. Pero una vez que nos dimos cuenta lo que había pasado, que el maratón había sido interrumpido de ese modo horrible, creo que entre los corredores nos dijimos que queríamos estar de vuelta el siguiente año, queríamos devolver la carrera a los corredores, al pueblo de Boston", señaló.
EL PÚBLICO, LA GRAN ATRACCIÓN
Si la voluntad de correr la prueba en la edición 2014 estaba presente, Burfoot tuvo que superar graves problemas de salud entre octubre del pasado y enero que le provocaron una fuerte depresión, como confesó a la AFP.
"Estuve tan enfermo que no podía imaginar que sería capaz de correr el maratón. Sin embargo el 3 de enero empecé a sentirme mejor. Desde entonces, cada día me he sentido muy bien. Mi entrenamiento es suficiente, no superlativo. Pero se trata del maratón más emocionante de mi vida", explicó este hombre delgado, con gafas y barba y cabellos canosos.
Burfoot llegó a esta edición del maratón más antiguo del mundo como parte del equipo MR8, llamado así en homenaje al pequeño Martin Richard, de 8 años y una de las tres víctimas de los ataques del año pasado.
Integrado por unas 100 personas, entre ellas varios miembros de su familia, el equipo ha recaudado ya cerca de un millón de dólares para una fundación que promueve la educación, el atletismo y el trabajo comunitario.
Si el maratonista oriundo de Connecticut (noreste) consideraba la edición del centenario del maratón de Boston en 1996 como "la carrera más grade en la historia del planeta", la emoción en torno a la prueba del lunes coloca a la edición 2014 por encima de todo, en particular debido a la gente.
"Los fans son la gran atracción. Somos 36.000 corredores y tenemos suerte porque estamos en el medio de un desfile, con fans a ambos lados de la calle. Nos sentimos todos tan afortunados de formar parte de esto", sostuvo.
"Todos decimos 'Boston vive, Boston es fuerte, Boston sobrevivirá por siempre'", concluyó Burfoot, que completó la prueba en un tiempo de 4 horas, 42 minutos y 48 segundos.
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