El Tour de Francia de 2015 promete varios momentos interesantes durante la primera semana, antes de la alta montaña, parte importante en la 102ª edición que comienza el sábado en Holanda, en la ciudad de Utrecht.
Antes de atacar el primer puerto importante, el 14 de julio, para llegar en la meta inédita de La Pierre-Saint-Martin, los escaladores tendrán nueve jornadas arriesgadas con terrenos que pueden dar pie a sorpresas, sobre todo si el viento se decide a soplar con fuerza.
Al día siguiente de la contrarreloj individual de Utrecht, la única de esta edición, el Tour llega a la región holandesa de Zelanda.
Después vendrá el puerto de Huy (tercera etapa) y el encadenamiento de siete sectores de terreno adoquinado para llegar a Cambrai (cuarta etapa) en una jornada clave, que había permitido al futuro vencedor, el italiano Vincenzo Nibali, tomar distancia el año pasado.
El final a lo largo de La Mancha para unir Le Havre (quinta etapa), el puerto de Mûr-de-Bretagne dos días más tarde y la contrarreloj por equipos de Plumelec ofrecen oportunidades variadas, en oposición a la letanía de los recorridos llanos que figuraban antes en el programa. Esta vez, los puros llegadores solo tendrán tres ocasiones de ganar una etapa (Zelanda, Amiens, Fougères) en la primera semana.
EL ARCO DEL TRIUNFO VISTO DESDE ALPE D'HUEZ
El segundo capítulo, favorable a los hombres de la montaña, se abre tras la jornada de descanso (13 de julio). Dos llegadas en alto, La Pierre-Saint-Martin y sobre todo el Plateau de Beille, resaltan en el recorrido pirenaico. La transición por los departamento de Aveyron (Rodez) y Lozere (Mende) conduce a los Alpes, donde se disputará la tercera y última semana.
El regreso a Pra-Loup, en una réplica del final de la etapa de 1975 marcada por la toma de poder de Bernard Thévenet en detrimento de Eddy Merckx, es seguido de tres jornadas organizadas alrededor del valle de La Maurienne. Con dos grandes puertos tradicionales (Glandon, Croix-de-Fer) y ascensiones inéditas (Lacets de Montvernier) antes de los fuegos de artificio finales en las pendientes del Alpe d'Huez, en una etapa con formato concentrado y denso.
Por primera vez, la célebre subida de las 21 curvas será escalada la víspera de la llegada a los Campos Elíseos, prevista el 26 de julio, en la última etapa.
Desde lo alto de la estación de Oisans, los ciclistas tendrán en mente la perspectiva del Arco del Triunfo, sueño habitual de los participantes en la carrera más importante del mundo desde el primer desfile por los Campos Elíseos hace cuarenta años.
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