Deimer Morelos recibió una de sus mayores sorpresas hoy lunes 18 de mayo. El joven beisbolista, que perdió la parte inferior de su pierna derecha por un disparo de un policía, obtuvo la ayuda que tanto soñó y podrá comprar una prótesis deportiva que le permitirá volver a competir.
Así lo anunció Real Cartagena y la empresa Aje Colombia, que se unieron para ayudar a Deimer a superar su tragedia.
Aje, una empresa que distribuye los productos Big Cola y que patrocina hace poco a Real Cartagena, donó el dinero para que Deimer compre la prótesis y retome su vida de deportista.
“No me esperaba esto, fueron muchas las empresas que me dijeron que me darían la prótesis deportiva, pasaban los días y no ocurría nada. Gracias a Dios por permitirme vivir este momento, gracias a Aje, a Real Cartagena, a los medios de comunicación y al pueblo de Cartagena”, sostuvo Deimer entre lágrimas, aún sin asimilar su buena nueva, pues recibió la noticia en un evento sorpresa.
El viacrucis de Deimer se inició el 30 de junio de 2014. Ese día, un policía estuvo a punto de acabar con sus sueños. Al perder parte de su pierna, se sintió en un abismo del que no creyó salir.
Pero el apoyo de su familia, en especial de su padre Luis Morelos, y su fortaleza mental, sirvieron como cimientos para volver a reconstruir esos sueños desde cero.
El objetivo siguió siendo el mismo: llegar a un equipo de Grandes Ligas, algo que estuvo a punto de conseguir antes de su infortunado suceso. Pero ahora, los obstáculos serían mayores y tendría que ir paso a paso.
Tenía sus motivos para seguir soñando, pues de lograrlo no sería el primer pelotero que llega con una discapacidad a la gran carpa del béisbol. Entre las décadas de los 80' y los 90', Jim Abbot, sin una mano, se convirtió en uno de los grandes lanzadores de equipos como los Angelinos, los Yankees, Medias Blancas y los Cerveceros.
Mucho antes que Abbot, Pete Gray también brilló sin un brazo -debutó en 1945- y David Drabecky continuó jugando luego de que le extirparan parte de su pierna izquierda -1998-.
Alguien sin la voluntad y fe de Deimer quizás se habría resignado. Pero decidió luchar y convertirse en ejemplo de superación en una ciudad que carece de grandes espejos humanos.
Luego de superar su difícil periodo de recuperación, sortear los límites mentales y de obtener una prótesis convencional, tenía que conseguir una prótesis deportiva para volver a las canchas. Sin embargo, el oficio como taxista y como vendedora de fritos de su padre y su madre no les alcanzaría para comprarla.
Al principio, la Policía prometió regalársela para compensar el daño que le causaron, pero los días y los meses pasaron y la familia entendió que la ayuda no llegaría.
Por eso, Deimer buscó otras formas. Primero empezó una campaña para reunir fondos con la recolección y venta de tapas plásticas. Luego, al conocer su historia, el club de fútbol Real Cartagena lanzó una campaña que lo acercaría a su sueño.
Morelos y Real Cartagena apelaron a la sensibilidad y solidaridad de los cartageneros. Al ofrecer entradas gratuitas a los partidos en el Jaime Morón León, el club dispuso de urnas en las entradas para que los aficionados realizaran donaciones. Con eso se pensó recolectar gran parte de los 70 millones aproximados que cuesta la prótesis.
Pero la solidaridad y el apoyo fue poco. Las cifras reunidas en cada fecha estuvieron lejos de lo esperado y Deimer sentía que sus posibilidades se reducían.
Su momento más amargo -pero que le daría vuelta a su historia- ocurrió el 21 de abril pasado. Ese día Real venció 2-0 a Bucaramanga con un estadio copado de hinchas y en medio de una fiesta montada por el nuevo patrocinador del equipo, Big Cola.
Los medios de comunicación habían promovido la campaña para ayudar a Deimer, por lo que la expectativa era mayúscula. Pero, mientras los hinchas celebraban la victoria y liderato, el joven lloraba.
Sus lágrimas fueron de impotencia. En una noche que esperaba acercarse al monto que necesitaba, solo se contaron 1'420.000 pesos.
Pero a pesar de sus tragedias, la vida Deimer parece conducida por un hado indescifrable. Mientras el presidente de Real Cartagena, Rodrigo Rendón, lo consolaba esa noche, el gerente del nuevo patrocinador, Fernando Pereira Navarro, conoció su historia.
Pereira Navarro es considerado como uno de los grandes personajes de la industria en Colombia y tiene un común denominador con Deimer: jugó béisbol durante muchos años en Perú. Quizás por eso, el llanto de aquel joven sumido en su tragedia lo conmovió. Sin darse mucho tiempo para pensarlo, el empresario se comprometió -delante de periodistas- a completar el dinero para la prótesis.
Deimer agradeció el gesto. Pero después de tantas promesas incumplidas por otras empresas y personajes públicos y privados no creyó que sería distinto.
Desde entonces no tuvo contacto con Fernando Pereira y solo por medio del club supo que la empresa Aje Colombia estaba dispuesta a ayudarlo.
Pero este lunes 18 de mayo comprobó que las intenciones eran serias. Deimer fue invitado a un almuerzo y se encontró con una de las mayores alegrías que ha recibido desde su desafortunado encuentro con el policía. Frente a un puñado de periodistas, recibió el cheque para comprar la prótesis. El cheque de sus sueños.
“Sabemos que Deimer saldrá adelante con ese empuje, dinamismo y ganas de vivir que tiene. Él tiene un pensamiento grande como Big Cola. Con mucho cariño le hacemos entrega de este cheque simbólico. Deimer tendrá su prótesis. Es una persona a la que es más gratificante verlo reír que llorar”, señaló Fernando Pereira al entregar la ayuda.
“Esta es la verdadera responsabilidad social que deben tener las empresas. Agradezco a Aje Colombia sumarse a esta noble causa. Esperamos que la próxima cita ahora sea en diciembre cuando Deimer esté lanzando en el béisbol profesional con los Tigres de Cartagena”, aseveró por su parte, Rodrigo Rendón.
Deimer solo pudo pronunciarse para agradecer. “Mi papá siempre ha estado ahí, las 24 horas consolándome cuando lo necesito. En ocasiones sentí caer, pero gracias a Dios, que me hablaba a través de mi viejo, supe levantarme. Sé del compromiso que tengo, jugaré béisbol profesional y llegaré más allá”, recalcó el joven de 18 años.
Con esa ayuda, Deimer podrá continuar con su proyecto de llegar al profesionalismo. Por lo menos, gran parte de ese sueño dependerá ahora de él y su preparación.
DATO
El Centro de Movimiento, Ejercicio y Rehabilitación -C. Mover- le brinda a Deimer, sin ningún costo, el tratamiento para que reciba en buenas condiciones la nueva prótesis.
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