Colombia choca mañana ante Brasil, en un partido que ha suscitado una gran expectativa a nivel mundial.
En esta oportunidad no será el estadio Castelao de Fortaleza (Brasil) sino el Sun Life de Miami (Estados Unidos), con capacidad para 75 mil espectadores.
Esta vez será diferente, pues el canto de los hinchas colombianos no se perderá entre los 70 mil brasileros que se hicieron presentes en Fortaleza, en aquel juego que ganó el local 2-1 a tricolor, que de paso significó la eliminación de los pupilos de José Pékerman en cuartos de final, la mejor actuación de un seleccionado nacional en todos los tiempos.
Como en casa. Así se sentirá la selección Colombia en Miami, en donde los seguidores de selección la harán sentir como si estuviese en Barranquilla. El balón rodará a las 8 de la noche, hora colombiana.
La gran revancha. Así se le ha denominado a este encuentro que en la pasada cita orbital le dejó el corazón arrugado a millones de colombianos.
Sí. Hubo desazón porque Colombia jugaba un gran mundial, hasta el punto que fue considerada como la mejor selección del torneo y el español Carlos Velasco, en un nefasto arbitraje y una sorpresiva Brasil dieron al traste con las aspiraciones de la tricolor.
No estará en juego una Copa del Mundo, pero si el honor, el ratificar el cuarto lugar que Colombia ocupa en el ranking mundial, en donde Brasil, el cinco veces campeón, es séptimo.
James Rodríguez, manifestó que “con Brasil es un partido más, no debemos tomarlo como una revancha, sino salir a ganar como siempre hemos hecho”.
Pero la verdad es que enfrentar a Brasil siempre tiene un valor agregado y ahora más que nunca tiene su picante.
Tras ser humillados 7-1 ante Alemania en las semifinales del Mundial y caer 3-0 ante Holanda en el partido por el tercer puesto, Brasil busca un nuevo comienzo, un gran resurgir.
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