Ningún deporte es tan parecido a la vida como el fútbol. De eso es testigo Radamel Falcao García, el delantero que maravilló al mundo, que exploró las orillas del río Aqueronte y que tras cruzar, cual Dante, por los círculos del infierno deportivo, parece revelarse al destino de los héroes griegos: caer en batalla.
¿Y qué tragedia deportiva podría parecerse a las leyendas de la mitología griega que la propia historia de Falcao? El delantero colombiano sufrió dos lesiones que amenazaron con acabar su carrera. La primera llegó cuando era un novel goleador que lograba sus primeras portadas en la prensa de Colombia y Argentina con River Plate. La segunda, cuando estaba en el everest de su carrera y parecía acercarse al olimpo que solo habitan Lionel Messi y Cristiano Ronaldo hace casi una década.
Si de la primera lesión -a los 19 años- tardó en recuperarse, en la segunda, ya mermado de aquella virtud restauradora que ofrece la juventud, viviría una pesadilla que lo sumergiría casi hasta el ostracismo del fútbol.
¿Existe peor infierno para un futbolista que una lesión que lo aleje por meses de las canchas? ¿No es el banquillo de suplentes el inframundo para un goleador? ¿Existe peor castigo para un Tigre que una jaula que le impida rugir con libertad?
Para Falcao García parte de ese infierno estuvo representado en el fútbol de Inglaterra. Allí llegó luego de la rotura del ligamento anterior cruzado de su rodilla izquierda que le impidió cumplir el sueño de jugar un Mundial.
Buscaba recuperar su mejor nivel y su puesto en la Selección Colombia, donde aún los aficionados lo veneraban como el santo que hizo el milagro de conseguir el retorno del país a una cita orbital tras 16 años.
El destino para encontrar la gloria aún no perdida fue Manchester United, un equipo con una historia ilustre que aún vive bajo la sombra de sir Alex Ferguson, el entrenador cuya presencia en el banquillo hasta hace poco se creía eterna. Aunque estaba recuperado de su rodilla, el nivel físico de la Premier League y la poca paciencia de la crítica británica lo llevaron a enfundar un divorcio inquietante con los goles.
Bajo el mando del holandés Louis van Gaal, Falcao no solo se vio desplazado a la banca, también tuvo que resignarse a jugar con el equipo de reservas.
El viacrucis continuó luego en Chelsea. Ni el revolucionario Jose Mourinho, que se había propuesto recuperarle, pudo lograr el reconcilio del colombiano con las redes. En el intento, los malos resultados provocaron que el técnico portugués dejara su cargo en Stamford Bridge.
Durante un tiempo, el único respiro para el 'Tigre' fue la Selección Colombia. Pero, tras el Mundial y la renovación generacional, el equipo de Pékerman también cayó en un vacío de resultados que terminó por condenar al delantero.
Con 30 años, una historia deportiva para enmarcar y convertido en multimillonario, Falcao García pudo rendirse ante su destino. Pero para ser leyendas, las historias deben estar cargadas de drama y el colombiano nunca perdió la convicción. A fin de cuentas, aún no ha cumplido su sueño de jugar un mundial.
Así, volvió a Mónaco, el origen de sus tragedias. Bien dicen que para cambiar la historia hay que regresar al lugar donde se forjaron los destinos. Con solo 5 goles en su travesía por Inglaterra -4 en Manchester y 1 en Chelsea-, Falcao volvió al equipo del principado, ese mismo en el que el 22 de enero de 2014 sufrió la lesión que originó su drama.
Y allí, como un fénix que renace de sus cenizas, el colombiano ha forjado a punta de goles su retorno a los puestos de élite.
Con Mónaco ha logrado quitarle el liderato y amenazar la hegemonía de cuatro años seguidos de Paris Saint Germain en la Liga francesa. También volvió a ser protagonista en una Champions League, certamen en el que no jugaba desde 2010.
En lo que va temporada, ha marcado 20 goles, 14 en Liga, 4 en Champions y 2 en Copa.
Por eso, hoy 10 de febrero, Falcao celebra quizás el más feliz de sus últimos cumpleaños, pues a sus 31 años vuelve a ser el santo al que se aferran los colombianos para soñar con Rusia 2018. De liderar la recta final de la clasificación al Mundial, no solo cumpliría su mayor sueño, también elevaría su nombre al título de mejor jugador de la historia del balompié nacional, distintivo por el que compite con el fantasma de otra leyenda como Carlos 'Pibe' Valderrama y con la carrera, hasta ahora brillante, de James Rodríguez.
ASÍ FELICITÓ MÓNACO A FALCAO
Le clip d'anniversaire de notre capitano @FALCAO !!! #Feliz CumpleañosTigre ?? pic.twitter.com/JRnrio1Gxv
— AS MONACO (@AS_Monaco) 10 de febrero de 2017
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