El listado es largo de los entrenadores que suenan para reemplazar en el cargo a José Pékerman. Las informaciones no son claras.
Dicen que los directivos le apuestan a seguir la línea de técnicos extranjeros, pero por otra parte hay versiones que señalan el regreso de un entrenador colombiano al banquillo. Todo puede pasar.
Pero lo cierto es que Pékerman dejó un buen legado, hizo las cosas de buena manera, cumplió la tarea y por eso el pueblo colombiano le dio las gracias al al argentino.
78 partidos dirigidos, 42 victorias, 20 empates y 16 derrotas y un porcentaje favorable de 62, 82 respaldan un trabajo serio y planificado que dejó como frutos un quinto lugar en el Mundial de Brasil 2010 y un noveno puesto en la cita orbital de Rusia 2018.
Lo de Brasil fue fenomenal, pues ese cuarto lugar además trajo consigo la mejor versión de Colombia en todos los tiempos, con el valor agregado de tener en James Rodríguez al goleador de esa cita, con 6 anotaciones.
En Rusia, pese a que hubo varios jugadores lesionados, también se jugó con carácter, dejando el alma en la cancha y la sensación que se pudo avanzar más.
Los números dicen que Pékerman acertó en su cargo como técnico. Eso está claro, pero para que eso pasara tuvo que ordenar primero la casa. Había mucho desorden en la plantilla, algo determinante para que Colombia no asistiera a los Mundiales de Corea 2002, Alemania 2006 y Sudáfrica 2010.
Disciplina
Habló claro. Pékerman puso sus reglas, le metió mucha disciplina al camerino de la Selección y, además, hizo cambiar de mentalidad a los jugadores, a quienes les enseñó el camino a transitar para conseguir el éxito. Por eso todos los jugadores hoy hablan maravillas del argentino, lo ven como un padre.
Del equipo de fútbol hizo una familia, en donde imperó el respeto, compañerismo y la lealtad de los uno con los otros. Todos entendieron por fin la importancia de vestir los colores de su país, tal y como lo dijo Falcao García en sus redes sociales.
Aisló en parte al grupo de la prensa y de los empresarios. No quería que se distrajeran, los comprometió a vivir el día a día, a trabajar por algo grande y eso fue clave en la consecución de los objetivos.
Libertad
Por primera vez llegó a dirigir Colombia un técnico que tuvo la libertad absoluta en la toma de decisiones. No se dejó manosear de los directivos y tampoco anduvo de compinche de ningún medio de comunicación. Se comprometió a clasificarnos a dos mundiales si lo dejaban trabajar como quería y logró la meta. A Pékerman no se le contrató para ser campeón de los mundiales sino para clasificarnos a los mismos.
Estilo
Don José sabía a qué país. Desde un principio dijo que el fútbol colombiano era sabor y que eso no se podía perder. Ya así fue. Colombia tuvo mucha alegría y picante en su juego, el argentino no traicionó la esencia, solo le puso más velocidad en las transiciones de defensa a ataque y mucha presión alta en la recuperación. Tenencia de balón, equilibrio y vértigo. A eso le apostó y le dio resultado.
Una base
Hay una base sólida a la que Pékerman le dio un toque de confianza para que explotaran su mejor nivel. David Ospina, Santiago Arias, Dávinson Sánchez, Yerry Mina, Johan Mojica, Wílmar Barrios, Mateus Uribe, Jefferson Lerma, Juan Fernando Quintero, James Rodríguez, Luis Fernando Muriel, Duván Zapata, José Izquierdo y Miguel Ángel Borja tienen licencia para llegar en plenitud de condiciones a la cita de Catar en 2022.
A dar en el blanco
Con ojo clínico, la Federación tiene la misión ahora de conseguir un técnico de charreteras, con una gran hoja de vida.
Continuar de buena forma el legado que el argentino dejó no será tarea fácil.
Colombia extrañará a Pékerma, pero la vida continúa y el balón seguirá rodando, ojalá y con muchos triunfos de la tricolor.
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