Reinaldo Rueda es un técnico que conserva la serenidad en los triunfos y en las derrotas. Se le considera un estudioso del fútbol, capaz de llegar a niveles un tanto obsesivos, en busca de controlar cada detalle de los cotejos para evitar las sorpresas.
Quizás serán los técnicos rivales los que deberían cuidarse de una sorpresa en Brasil 2014, cuando enfrenten a Ecuador.
Rueda, un colombiano de 56 años, condujo a la selección ecuatoriana a su tercera clasificación al Mundial en su historia, en la siempre difícil eliminatoria sudamericana.
En su tercera Copa del Mundo en 12 años, Ecuador navegará en el Grupo E, junto con Francia, Suiza y Honduras, una combinación que varios periodistas e hinchas ecuatorianos les ha parecido propicia para que la "Tri" avance a la siguiente ronda, tal como lo consiguió en Alemania 2006.
"No hay que perder la cabeza por el triunfo", advirtió Rueda en marzo tras la espectacular remontada de Ecuador en un amistoso ante Australia en Londres. En aquella ocasión, perdía 3-0 al final del primer tiempo, pero en la segunda etapa logró firmar una victoria 4-3.
Rueda, uno de esos casos raros de técnicos que no fueron futbolistas profesionales, hizo un postgrado en la universidad de Colonia, Alemania, tras lo cual regresó a Colombia, donde estudió en la Escuela Nacional de Entrenadores.
Pasó por tres equipos en su país: Cortuluá, Deportivo Cali e Independiente de Medellín.
"Estamos muy contentos con el trabajo que realiza el profesor Rueda, es un trabajo serio, muy planificado, es una persona muy preparada y que maneja bien todos los aspectos al interior de una selección", consideró el presidente de la Federación Ecuatoriana, Luis Chiriboga.
También dirigió con éxito a las selecciones juveniles de Colombia en cuatro categorías. Con los menores de 20 años quedó tercero en el mundial de Emiratos Árabes Unidos, en 2003.
Cuando llegó a la selección mayor no pudo lograr su clasificación al mundial de Alemania 2006. Fue contratado por Honduras en 2009 celebró la clasificación al mundial, en donde cayó en primera fase.
El gobierno de ese país le otorgó la nacionalidad hondureña. Prensa y fanáticos por igual pidieron su permanencia en el cargo.
Pero sorpresivamente, Ecuador lo contrató con el propósito de clasificar por tercera vez a un Mundial.
El camino de Rueda en suelo ecuatoriano no estuvo exento de tramos duros: la decepcionante actuación del equipo en la Copa América 2011, en Argentina, lo puso al borde de la renuncia en medio de generalizadas críticas.
En julio del 2013, en menos de tres días, le golpearon las muertes de su padre y del goleador de Ecuador, Christian Benítez, al tiempo que se producían pobres resultados del equipo ecuatoriano en eliminatorias.
Enderezó la nave y consiguió la ansiada clasificación.
Aunque el técnico impuso su propio estilo en el combinado ecuatoriano, aprovechó la escuela dejada por sus compatriotas: Francisco Maturana, a finales de los 90; Hernán Darío Gómez, que clasificó a Ecuador por primera vez a un mundial, el de Corea-Japón 2002, y Luis Fernando Suárez, con el cual estuvo en Alemania. Suárez ahora dirige a Honduras.
La tarea pendiente, tanto de Rueda como del combinado ecuatoriano, es superar los octavos de final, registro logrado en 2006 en Alemania.
"Queremos lograrlo; vamos a jugar para lograrlo", dijo el estratega, aunque asegura que plantea a sus pupilos metas incluso mayores. "Como siempre les digo a los jugadores, quiero jugar siete partidos (lo que bastaría para disputar la final o el partido por el tercer lugar), eso es lo que yo quiero en el Mundial. Ojalá que lo podamos lograr".
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