Nació el 19 de abril en la ciudad de Barranquilla y desde niño quiso ser futbolista hasta cuando su profesor de educación física, Pedro Echeverría, le amenazó con ponerle mala nota si no se hacía pesista.
Estamos hablando de Habid De Las Salas De la Rosa, el nativo del barrio Carrizal de la capital del Atlántico, que recientemente le entregó a Colombia una de las medallas de oro en pesas, en los Juegos Panamericanos que se disputan en Toronto, Canadá.
Es el menor de cuatro hermanos del hogar conformado por Zunilda De la Rosa y José De las Salas, quienes aún viven en Carrizal, donde Habib asegura querer comprar una casa, aunque su novia no quiera tanto. “Marcela Orozco Henao es mi adoración y toca convencerla a ella”, señala con risa en su voz.
Su afición por el fútbol terminó cuando su profesor, Pedro Echeverría, quien es entrenador de pesas en el Atlántico, le sugirió que se metiera a la halterofilia. No le gustaba, pero lo hizo obligado porque si no lo hacía se ganaba una mala nota. Pero hoy lo agradece porque gracias al deporte pudo llegar a las Fuerzas Armadas de Colombia y representarla en los juegos deportivos nacionales.
-¿Habib, cómo se convierte en pesista?
Gracias al entrenador Pedro Julio Echeverría Meza, que era el profesor de educación física del Colegio de Educación Básica 120.
-¿Le llamaba la atención ese deporte?
No, para nada (risas). A mí me gustaba el fútbol, pero el ‘profe’ Echeverría me insistió que practicara el levantamiento de pesas y yo le decía que no, porque eso era pa’ gente grande y yo era pequeñito, a mí en el salón me decían el ‘peque’, ‘chachán’, el ‘chiqui’, en fin de todo, y es que apenas pesaba como 50 kilos y yo me imaginaba a los pesista como unos gigantes, pero me convenció.
-¿De qué forma lo convenció?
Primero me sacó del torneo de fútbol de los Juegos Intercolegiados, porque según él ‘tenía que levantar pesas, que yo tenía talento para eso’. Yo le dije que si no era fútbol tampoco eran las pesas y me dijo ‘cuánto apostamos que sí levantas pesas’.
-¿Qué pasó después?
Cuando terminó el tercer período vi que todos mis compañeros habían ganado la materia y yo tenía los tres cortes en 0, me rajó a propósito (risas) y le pregunté ‘¿qué pasó aquí?’ y me respondió ‘para recuperar tienes que levantar pesas’ (risas). Le dije que me daba igual, que educación física no hacía perder el año y me respondió ‘así es, pero te gradúas por ventanilla’, fue cuando pensé en mi familia y pues nada ‘tocó levantar pesas’.
-¿Y realmente era bueno para las pesas?
Claro. En un mes de trabajo con el ‘profe’ salí campeón regional, como será que en el salón ya no me decían ‘chiqui’, sino ‘súper ratón’ (risas) porque levantaba el peso de los demás grandulones que entrenaban allá.
-¿Cuáles fueron sus primeros logros destacados?
En el 2005, un año después de graduarme, asistí a un Campeonato Nacional, pero por llegar 5 minutos tarde al pesaje, competí como extraoficial y así salí campeón, con récord nacional en arranque y mejor deportista. Eso hizo que otras ligas como Valle y Fuerzas Armadas se fijaran en mí aún cuando era un desconocido.
-¿Por qué dejó al Atlántico?
Porque no había apoyo, ese que tuve en Fuerzas Armadas desde que llegué (2006), sin embargo, yo volví (2008) siendo campeón panamericano juvenil y quinto de un mundial, pero nuevamente los apoyos fueron nulos. Regresé a Palmira (Valle) y me gradué como soldado profesional mientras seguía como pesista, saliendo triple campeón en los Centroamericanos de Mayagüez (2010).
-Los logros siguieron en Toronto 2015…
Gracias a Dios. Trabajé mucho para el oro, buscamos eso desde el principio y eso conseguimos. En Fuerzas siempre me han apoyado y se los agradezco.
-Hasta récord hubo…
Por mi mente no pasó nada, uno no piensa en familia, en novia, ni en perros, ni gatos, solo en levantar, en una buena técnica, porque si pone afectivo termina uno llorando. Sabía que era romper la marca (envión, 152 kg) y ganar o que Carlos Berna (colombiano que ganó plata) se quedara con el oro, gracias a Dios hubo oro y marca.
-¿Finalmente, cuando vuelve a Barranquilla?
Regreso el 17 de julio, que acaba la presentación en pesas, a Palmira. Para ir a Barranquilla toca ver lo que dispone mi coronel en el Batallón de Ingenieros #3 Agustín Codazzi.
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