Nació sin su antebrazo izquierdo, pero eso no fue impedimento para debutar en el fútbol profesional. Se siente feliz, está que brinca en un solo pie. Lorenzo Orellano Vallejo nunca olvidará la noche del 29 de abril del 2015.
Ese fue el día que debutó con Uniautónoma en el empate 1-1 ante Junior, en el estadio Metropolitano de Barranquilla, en juego válido por la Copa Águila.
Nacido en Cartagena, criado en el populoso barrio de Chile, con apenas 16 años, Lorenzo se convirtió en el primer discapacitado en jugar en el balompié profesional colombiano.
Orellano ingresó a los 16 minutos del segundo tiempo por Daniel Machacón. Jugó con el número 16 y en ese momento hizo realidad un sueño de niño.
Seguir escribiendo su historia en los estadios de Colombia es su gran reto ahora y para él seguramente será fascinante esta nueva meta.
“Agradecí a Dios por mi debut, a mi familia, a quienes me apoyaron. Estuve tranquilo, solo viví el momento y fui feliz jugando fútbol, que es el deporte de mis amores”, dijo Lorenzo, quien anteriormente era hincha de Junior, pero que se declara ahora seguidor de Uniautónoma y de Barcelona.
Sin complejos
Tiene una personalidad arrolladora, no se aflige por nada, él va en busca de sus sueños. “No me disgusta que me digan mocho. No tengo ningún tipo de complejo. Lo de mi antebrazo es congénito, siempre he sido así y mi cuerpo se acostumbró. Con el brazo ese tengo fuerza, equilibrio, hago todo normal”, sostiene este joven que admira a Lionel Messi, Neymar y Cristiano Ronaldo.
Durante los últimos cinco años de su vida estuvo con Ciclones de Cartagena. “Agradezco mucho al profesor Henrry Calderón, él me formó como jugador. También a Harold Macías, quien me hizo el contacto con Uniautónoma y a Giovanny Hernández, ese crack del fútbol que ahora como técnico me dio la oportunidad de debutar como profesional”, agrega.
Lágrimas de felicidad
“Cuando mi pelao comenzó a calentar se me erizó la piel, me puse a llorar, me emocioné mucho y le di gracias al Altísimo. Lorenzo ha luchado muchísimo esperando esta oportunidad”, sostuvo Doña María.
Recordó entonces cómo fue su llegada a Barranquilla. “Llevamos un año y cuatro meses en esta ciudad, en donde hemos encontrado un gran respaldo. Cuando Lorenzo se presentó a probarse al equipo lo hizo con 500 otros jóvenes con las mismas ilusiones que él tenía. Fueron sacando jugadores, primero quedaron 80, después 40 y luego 36”.
Elogios
Henry Calderón lo describió como un jugador de muy grandes condiciones. “Tiene una gran técnica, es inteligente, muy fuerte mentalmente y un jugador polifuncional, que si sigue así dará mucho que hablar en el fútbol colombiano”.
Giovanny Hernández, quien debutó en el fútbol profesional a los 17 años, se mostró satisfecho por lo que Lorenzo le dio a Uniautónoma en el terreno de juego. “Jugó bien, mostró personalidad y entrega. Le di la oportunidad porque tiene capacidad y condiciones para jugar”.
Lorenzo, a quien le dicen ‘Lolo’, sabe que esto apenas empieza. Es el primer peldaño que debe escalar de muchos para conseguir su máximo objetivo: jugar en el balompié internacional.
Cree firmemente en sus condiciones, él más que nadie sabe el talento que posee. “Tengo velocidad, dribling, un gran enganche, visión periférica y pase gol. Seguiré dando todo de mí”.
Sin duda es un ejemplo de superación, entrega, y sacrificio.“Aprovecho para decirle a los niños que luchen por sus sueños, que no desistan, las metas se consiguen con disciplina y dedicación”, remata.
Sí. A Lorenzo no le falta nada...
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