Su personalidad es sismoresistente. Ni un secuestro a los 8 años de edad, ni las violentas caídas y lesiones del bicicrós, ni la incertidumbre de tener su vivienda en Space Apartamentos han minado sus ánimos.
En estos días que aún conmueven a Medellín, Augusto Tin Castro conserva la calma, le ha puesto mucha fe al tema y su máxima preocupación era que rescataran con vida a quienes infortunadamente sacaron muertos de los escombros que dejó el derrumbe de la torre seis.
El secuestro que sufrió cuando era un niño, le reportó valiosas enseñanzas. Esos 20 días que estuvo en manos de sus captores en una zona selvática de San José del Nus, hicieron que su personalidad se volviera tan fuerte como las pesas que hoy levanta en el gimnasio para cuidar el físico y darle alimento a la mente.
Augusto no olvida a los cuatro hombres que lo sometieron cuando iba camino del colegio, pero la experiencia fue la que lo marcó de una manera determinante rumbo al futuro como atleta y persona de bien.
"El secuestro me enseñó que no se pueden tener caprichos y mostrar aceptación frente a las cosas que se suceden", cuenta el campeón mundial de BMX -15 veces campeón del Clásico El Colombiano-Indeportes Antioquia-, quien tras un año sabático decidió dejar este deporte en el que sufrió delicadas lesiones en los hombros y una fractura en el pie, para dedicarse al manejo de los gimnasios Power club, en los que trabaja el crossfit, sin la compañía de espejos ni egos, según cuenta Castro Herrera.
Su rutina de ir y venir entre espacios dedicados a la salud y el ejercicio se vio interrumpida en la noche del sábado 12 del mes pasado, cuando lo llamaron para contarle que la torre seis se había desplomado a las 8:17 de la noche. Él tiene un apartamento de 140 metros en la torre dos.
"Me vine volado de Santa Fe de Antioquia, donde estaba. Me regresé, porque me tocó tal caos que preferí no estorbar. Me creó un terrible impacto ver el morro de escombros y saber que había gente debajo", relata en medio de su proverbial tranquilidad, pero en él "la procesión va por dentro".
Augusto sabe que la vida y el deporte le han enseñado el valor de ser fuerte en los momentos malos. Y para reafirmarlo, es cuando mira el tatuaje que tiene en el costado izquierdo de su hercúleo y poderoso cuerpo, en el que inscribió una ruta clara de existencia.
"Estoy sano y salvo y debo darle gracias a Dios. Yo sé que de esto tengo que sacar lo más provechoso, porque la vida algo me quiere mostrar", asegura Tin con su personalidad sismoresistente.
OPINIONES
EL PRODUCTO DE 21 AÑOS DE BICICRÓS
AUGUSTO TIN CASTRO
Instructor físico y empresario
“Con lo que conseguí en 21 años de bicicrós, compré mi apartamento en la torre dos de Space. Este es mi lugar soñado que comencé a pagar hace dos años y medio. Yo quiero que los constructores respondan como deberían hacerlo. De una manera justa”.
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