En medio de la crisis económica española, algunos sectores, como el del automóvil, lograron limitar los daños convirtiéndose incluso en símbolos de la recuperación, principal argumento del presidente conservador Mariano Rajoy de cara a las elecciones generales del domingo.
"Incluso en los peores momentos de la crisis, el sector del automóvil ha logrado sobreponerse a las dificultades y ser un signo de esperanza y de crecimiento para todos", decía en febrero el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy.
Con un crecimiento de la producción en 2015 del 11,1% frente al 3,3% para Alemania y el 4,4% para Francia, España, en la que están presentes todos los grandes constructores desde Renault a Volkswagen pasando por Nissan, ocupa la novena plaza en una clasificación dominada por China, Estados Unidos, Japón y Alemania.
La construcción de coches y componentes aporta el 10% del PIB español y es, junto con el turismo y la industria agro-alimentaria, uno de los motores de una economía que volvió a la senda del crecimiento en 2014.
Tras atravesar la dura crisis que afectó a España, la industria automovilística mejora, especialmente desde 2013-2014, y muy particularmente en el sector de los componentes para coches.
"Estamos viendo una cierta recuperación, en niveles cercanos a antes de la crisis", dice Fernando Macías, director de la División Europa Sur del gigante de los componentes para automóviles español Gestamp, una de cuyas factorías se encuentra en Galicia, una región en la que la automoción aporta el 14% del PIB.
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