La época de las vacas flacas llegó. No encontramos reses vivas en Cesar y las pocas que se consiguen en la provincia de Ocaña, son más caras.
La causa es que los ganaderos de ese departamento prefieren venderlas vivas a Venezuela y luego esa carne entra de contrabando al país, inundando el mercado local.
Así lo indicó el presidente de la Asociación de Expendedores de Carne de Ocaña (Aeco), Carlos Fajardo.
El ganado sale vivo de los municipios de Aguachica, San Alberto y San Martín, en el sur de Cesar, cruza a Norte de Santander por la vía Ocaña-Cúcuta e ingresa a Venezuela por Ureña.
“Compran reses de 350 kilos, en promedio, a $1.2 millones. Al sacrificarse el gobierno del vecino país otorga subsidios para la venta, lo que significa que si un kilo de carne vale normalmente $10.000, quedaría en menos de $5.000”, dijo.
De acuerdo con Fajardo esa carne luego regresa al país y a la zona de Ocaña de contrabando y abastece los mercados locales, afectando a los 50 asociados de Aeco, que en el 90 por ciento traían el ganado de Cesar.
“Para nosotros es una competencia desleal y no podemos igualar los precios. Eso sería regalar el trabajo”, señaló.
Actualmente un kilo de carne de primera en la plaza de mercado de Ocaña, se consigue en $14.000. Si es de segunda el kilo vale $12.000.
Fajardo señala que al incrementarle a los precios, las ventas disminuyen en un cincuenta por ciento. “La crisis está tocando fondo y la esperanza la tenemos en diciembre, donde generalmente aumentan las ventas por los preparativos de Navidad”.
El fin de semana se reunieron los asociados a Aeco, donde acordaron redactar una carta de protesta a las autoridades locales, en las que le solicitan al alcalde de Ocaña, Jesús Antonio Sánchez Clavijo y a la Policía de Norte de Santander, ser más fuertes con los controles.
Unido al contrabando está la sequía que acaba con pastizales y aumenta los costos de producción de una res de 400 kilos, lo que también incrementa los precios.
“Si la sequía se incrementa el año entrante y no se frena el contrabando, las exportaciones seguirán en aumento y por ende deberemos cerrar los negocios y cambiar de actividad laboral”, dijo.
El problema no es solamente de Aeco, todos los vendedores de carne de Ocaña estamos pasando por la misma situación y la invitación es para que nos unamos y entre todos encontremos soluciones.
“No es justo que le respondamos al municipio con el pago de impuestos y boletas de sacrificio, y nos dejen solos cuando llegó la época de las vacas flacas porque las gordas se quedan en Venezuela”, argumentó.
Para antes de finalizar 2013, se acordó una nueva reunión para analizar el tema.
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