Después de la presentación de un informe elaborado por la Contraloría General de la República, el proyecto de la Refinería de Cartagena (Reficar) se convirtió en uno de los mayores escándalos del país.
Con el debate de control político en el Senado, volvieron a airarse presuntas irregularidades, más allá de las presentadas en el informe de la Contraloría. Costos elevados, demoras en el proyecto, aumento de contratos, son algunas de las denuncias hechas en los últimos meses.
A continuación presentamos algunas de las más escandalosas:
- El costo total de Reficar fue de 8.016 millones de dólares, su presupuesto inicial era de 3.993 millones de dólares, es decir, hubo un incremento del 100%. Según los cálculos de la Contraloría, los costos de ejecución se incrementaron en 4.023 millones de dólares. El valor total de Reficar equivale a 1,5 veces la ampliación del Canal de Panamá, y 1,15 veces lo que se estima costaría el Metro de Bogotá.
- Reficar viabilizó 1.846 contratos con 516 adiciones en pesos por los que pagó 7,3 billones. También suscribió 60 contratos y 127 adiciones por 112 millones de dólares y por un contrato en euros ha pagado 1,2 millones. Un 17% de estos contratos tuvieron incrementos superiores al 100%. El ente de control fiscal denunció que la actividad contractual se concentró en un reducido número de contratistas y que algunos son contratistas comunes con CB&I y Foster Wheeler. Por estos contratos se terminó pagando adicionalmente 142 millones de dólares y 35 mil millones de pesos.
- CB&I realizó un total de 255 y 850 adiciones por las que se pagaron 2,7 billones de pesos. En dólares, se realizaron 60 contratos y 127 adiciones por valor de 112 millones. En euros, realizó un contrato por 1.2 millones. La Contraloría encontró que el 29% de estos presentaron incrementos superiores al 100%, lo que implicó pagos adicionales por 43 millones de dólares, 0,8 millones de euros y 1 billón de pesos.
Por su lado, Foster Wheeler suscribió 13 contratos y 34 adiciones por valor de 11,503 millones de pesos.
- La inversión del proyecto tenía una línea base de 3.993 millones de dólares en 2009, para 2015 era de 8.015 millones de dólares. “Los costos de inversión variaron principalmente por la actividad de construcción, que representó 2.328 millones de dólares adicionales, y por los costos del propietario asociados a la contratación y gastos de Reficar y Ecopetrol, que estuvieron 1.265 millones de dólares por encima de lo planeado”, según la Contraloría.
- La Contraloría encontró una exorbitante cantidad de materiales sobrantes (3'922.928 unidades), en cuarentena, en exceso, incompletos, destruidos o dañados, o diferentes a los requeridos, por un valor de 57.7 millones de dólares. El 57.4% de los materiales sobrantes, que corresponden a 2'251.726 unidades, no están valorizados.
- Los costos de fabricación de equipos, a cargo de CB&I, tuvieron aumentos millonarios. La Contraloría toma como ejemplo la elaboración del rack de tubería que tenía un costo inicial de 49 millones de dólares en 2010. A 2015 el costo final había ascendido a 112,7 millones de dólares. La mano de obra pasó de 39,4 millones de dólares a 89,7 millones de dólares.
El argumento para justificar el atraso en la elaboración fue una oleada de calor en Island Park, Texas, aunque en un principio se escogió este lugar por sus buenas condiciones climáticas.
- CB&I recomendaba proveedores que manejaban precios superiores a los presupuestados. La Contraloría logró concluir que “para el caso de los consorcios, 26 contratos, por un valor total de $890.000 millones, fueron concedidos a 9 empresas, que se alternaban entre sí”.
El valor inicial de estos contratos fue de 526,565 millones de pesos, los cuales sufrieron un incremento del 69%. El ente reveló ademas que CB&I presentaba órdenes de compra con errores e incompletas.
- En Reficar se le dio un trato preferencial a los trabajadores de otros países. Estos tenían 40 días de vacaciones, frente a los 20 que tenían los nacionales. Además, había falta de planeación en la subcontratación: un contrato de trabajos misceláneos que en principio tenía un valor de 200 millones de pesos termina costando 1.335 millones de pesos. Un incremento del 578%.
- De acuerdo a las investigaciones de la Contraloría, hubo descoordinación entre la ingeniería de CB&I y los subcontratistas. Según explica el ente de control fiscal: “la no integración del sistema SPM (Plan Inteligente de Materiales) con la Ingeniería contribuyó a que CB&I realizara compras masivas de materiales con errores o fuera de secuencia”.
Igualmente no se aplicaron buenas prácticas industriales, en el invierno de 2011 se presentaron daños en varios equipos cuyas reparaciones costaron 24 millones de dólares para ponerlos a funcionar nuevamente.
- La senadora Daira Galvis denunció durante el debate de control político que se destinaron dineros públicos para contratar prostitutas. “Qué pasó con la bonanza, la bonanza de la que participaron directivos, contratistas y subcontratistas, esto comienza desde subsidios a prepagos que pasaron inclusive a ser empleadas de Ecopetrol con 16 millones de pesos”, denunció la congresista.
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