“La colombianada” o “avivatada” cómo se le suele llamar a manera de burla a las acciones de corrupción repetitivas que se registran en el país, quedó desnudada en el foro Desafíos de la Educación organizado por El Espectador y la fundación Pies Descalzos.
El vicepresidente senior de Microsoft, Orlando Ayala, puso el dedo en la llaga al pronunciar durante su intervención en uno de los paneles, que Colombia no necesita una campaña de imagen sino una campaña de valores que desarraigue la cultura de ilegalidad que actualmente existe.
“Si robo una vez soy igual de corrupto que si lo hago varias veces”, precisó el empresario refiriéndose a que la frecuencia de las acciones ilegales no altera la inmoralidad en la que cae el accionante, al igual que si se roba poco o mucho.
A su intervención se sumó Samuel Azout, fundador y presidente de la fundación Fútbol con Corazón, quien hizo las veces de moderador en el foro; al opinar que el problema se profundiza en Colombia porque en el país la ilegalidad no se toma como un sinónimo de inmoralidad.
“En los países desarrollados lo ilegal es inmoral y es algo que pesa socialmente. En Colombia tenemos que buscar la manera de conciliar estos dos conceptos”, precisó.
Raquel Bernal, directora del Centro de Estudios de Desarrollo Económico de la Universidad de Los Andes, agregó que según estudios, la diferencia en el desarrollo cognitivo de los niños entre 0 y 3 años de edad, de estratos altos con los de estratos bajos es muy notoria en cuanto a que los primeros desarrollan muy por encima de los segundos habilidades de pensamiento y comunicación.
“Es una diferencia que en términos de rentabilidad podríamos decir que los niños de estratos altos adquieren en esa edad un potencial para ganar económicamente a futuro un 40% más que los de estrato bajo. Lo peculiar es que esa misma diferencia no se da en el tema de valores; es decir que la cultura de ilegalidad en el país no es propia de un solo estrato socioeconómico”.
COMISIÓN PERMANENTE
Planteado el problema, el mismo Ayala propuso la creación de una comisión nacional permanente que trabaje por la transformación en valores del país y que haga que el tema se convierta en una agenda transversal en todos los estamentos.
“Debe haber una disposición nacional de crear un diálogo permanente que le de visibilidad diaria a los valores. Una sociedad se permea en la medida en que todos los días le vayas mostrando grandes ejemplos de civismo. Esta semana ha sido un ejemplo de los ejemplos que no debemos dar, con lo ocurrido con las Fuerzas Armadas, pero sin duda el país necesita reflexionar sobre el tema ético”, afirmó.
Según Ayala, la eventual comisión de gobierno debería crear el contexto para aplicar en la práctica lo que eso signifique, es decir llegar a los colegios o a donde haga falta con textos, con herramientas tecnológicas, con nuevas asignaturas que formen en valores a los niños y a los adultos.
“Crear una campaña en valores es una urgencia latente en Colombia”, aseveró el empresario.
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